Marcel Desailly y Laurent Blanc, campeones con Francia en el Mundial de 1998, rechazaron al unísono las acusaciones por posible doping que un antiguo médico de la selección gala formula en un libro publicado ayer en París. “No tiene credibilidad, hace el ridículo”, señaló Desailly. En su libro L’Implosion (La implosión), el médico Jean-Pierre Paclet habla sobre pruebas sanguíneas “llamativas” en el Mundial de Fútbol de hace 12 años. Según Paclet, algunos jugadores “blues” tenían entonces un alto valor hematocrito, algo que podría ser un indicio del consumo de EPO, una sustancia que estimula la formación de eritrocitos en la sangre. También Blanc, actual técnico de los “blues” y líbero del equipo campeón en 1998, rechazó las acusaciones. “Están retomando temas ya olvidados. Ni siquiera conozco a ese señor”, dijo Blanc a la emisora de radio France Inter. Para él, las informaciones del libro no son más que “cuentos” y “mentiras”. Para Desailly, Paclet sólo quiere vender libros.

El autor, asistente en 1998 del médico titular de la selección, Jean-Marcel Ferret, habla de datos sanguíneos “llamativos” antes de aquel Mundial. “Digo lo que todos saben. No invento nada. El que uno tenga un alto valor hematocrito no es prueba de que haya consumido EPO. Y ya que no había pruebas dejamos de molestar con ese tema”, dijo Paclet en una entrevista con el diario Le Parisien.

Ferret descartó, por su parte, hablar de doping. “No encontramos nada entonces (en pruebas sanguíneas). En dos casos hubo anomalías en el valor hematocrito, pero se debía al cansancio de los jugadores implicados. Tengo la conciencia tranquila”, señaló el médico. Negó asimismo categóricamente haber permanecido callado por la euforia reinante después de que Francia ganase su primera Copa del Mundo, tal y como sostiene su asistente.

“Paclet debería ver su propio trabajo. Antes de la Eurocopa de 2008 se le pasó una anomalía cardíaca de (el jugador Lilian) Thuram. Quien quiera dar una lección debe ser impecable”, señaló Ferret.