Sin jugar, gracias a la accidentada victoria 1-0 de Colombia sobre Venezuela, la Selección Argentina Sub-20 consiguió el objetivo primario de clasificarse para el hexagonal final del Sudamericano de Uruguay, que decidirá los cuatro seleccionados del continente que participarán en el futuro Mundial de Emiratos Arabes. Luego, cuando le tocó actuar, en el segundo turno de Colonia, goleó 4-1 con estricta justicia a Paraguay saldando al menos una mínima cuenta: si no hubo mucho fútbol, hubo, al menos, una catarata de goles. Con este resultado, empató el primer lugar del Grupo B con Colombia, pero se adjudicó la zona por haberle ganado el partido a los colombianos, y volverá a jugar mañana, nada menos que en el estadio Centenario, ante Uruguay, en lo que será su primer partido en el hexagonal. Luego vendrán Ecuador, Brasil, Paraguay y Colombia.
La inclusión de Emanuel Rivas como titular, jugando de punta junto a los habituales Tévez y Cavenaghi, comenzó a decidir la suerte del partido. Después de una primera media hora pobre y sin jugadas de riesgo, el delantero de Independiente abrió el marcador y la puerta de la victoria.
En esa media hora, sólo se destacó un ataque de Tévez y una subida de Zabaleta que Silva tapó abajo, mientras la defensa sufría cada vez –aunque eran pocas– que Paraguay amenazaba con pelotas detenidas. Pero llegó el centro desde la derecha de Belluschi para Rivas, que encontró parada a la zaga paraguaya. El delantero la paró en el área, dio media vuelta y sacó un derechazo que se metió entre las piernas de Silva.
Paraguay se adelantó en el campo y la Argentina encontró más espacios. El partido se le facilitó, y concretó una joyita por segundo gol. Eberto contuvo un remate largo de Barreto y sacó rápido para Tévez. El enganche la llevó hasta tres cuartos de cancha y la aguantó contra la raya, para habilitar a Carrusca, que entró por el lateral. El volante la llevó hasta el fondo y cuando salió el arquero la tocó para adentro; allí esperaba Cavenaghi, que con la derecha conectó al arco vacío. Concretado poco antes del entretiempo, el 2-0 significó un golpe formidable para el ánimo rival.
Es que los paraguayos, también clasificados, no reaccionaron, y ni las variantes que intentó el técnico Ruiz motivó a su equipo. Para colmo, con pocos minutos del complemento jugados, llegó el tercer gol de la Argentina: tiro libre desde la derecha, ejecutado por Tévez, y Rodríguez, bien plantado en el área chica y libre de marcas, le cambió el palo al arquero Silva con un soberbio frentazo.
El cierre llegó con un tiro libre impecablemente ejecutado por Cavenaghi, que entró junto al palo izquierdo, para el 4-0; fue el quinto gol del delantero en el torneo. Una media vuelta de Cáceres puso el descuento.