DEPORTES
Ni Passarella ni Bielsa, pero ahora los pondrá Cúper
Gabriel Batistuta ya es jugador del Inter para ocupar la plaza del lesionado Crespo. Cuando éste se recupere, podrán jugar juntos...
› Por Facundo Martínez
Gabriel Batistuta se convirtió ayer en el nuevo refuerzo del Inter, que dirige el argentino Héctor Cúper. Llega procedente de la Roma, donde ya no tenía una buena relación con el entrenador Fabio Capello, y para reemplazar a su competidor natural en la Selección Argentina en los últimos dos mundiales, Hernán Crespo, quien sufrió una lesión y tendrá al menos para dos meses de rehabilitación. La transferencia se hará a préstamo por seis meses, pero Bati no podrá jugar la Champions League con su nuevo club por haber disputado la primera fase del torneo con la Roma.
Nueve temporadas en la Fiorentina, tres en la Roma y un nuevo destino, el Inter, para el máximo goleador extranjero en actividad en el fútbol italiano con 182 goles, y un nuevo reto: demostrar que a pesar de sus casi 34 años, que cumplirá el 1º de febrero, todavía tiene cuerda como para pelear de igual a igual entre otros grandes de su posición, Crespo y el italiano Christian Vieri, los otros centrodelanteros del equipo de Cúper. Así lo quiso Batistuta, quien ya con ganas de dejar al club romano recibió ofertas importantes, en especial la del Fenerbahce turco, que no convencieron al delantero.
“Cúper está muy contento por su llegada (la de Batistuta) e incluso podría entrar en el equipo para el partido (de mañana) ante el Perugia. Todo lo que estamos haciendo es para reforzar el plantel en la lucha por conseguir el Scudetto”, dijo Massimo Moratti, presidente del Inter, al confirmar la noticia. El portal italiano Calciomercato destacó que “Batistuta recogió sus pertenencias en la concentración de la Roma y tras saludar tanto a los compañeros de plantel como al personal dependiente del club, dejó Roma para ponerse a disposición del Inter”.
La base del acuerdo, un préstamo gratuito hasta el final de la actual temporada, fue alcanzada en una reunión en Milán entre el director general del Inter, Gabriele Oriali, y el director deportivo de la Roma, Franco Baldini. De esta manera, Moratti consiguió cumplir un viejo sueño, ya que al menos en tres oportunidades había querido contratar a Batistuta: en 1995, cuando el argentino fue goleador del calcio con 26 unidades; después en 1997; y la tercera fue en 2000, pero Bati pasó de la Fiorentina a la Roma, que pagó por el pase 35 millones de dólares.
La operación quedaría finiquitada entre el lunes y el martes, cuando el representante del jugador, el empresario Settimio Aloisio, concluya la negociación que mantiene con Franco Sensi, presidente de la Roma, a raíz de “los montos adeudados por el club correspondientes a los derechos de imagen del jugador”, según se informó.
Su arribo al Inter se precipitó luego de la lesión que sufrió Crespo en el encuentro que el Inter le ganó al Módena por 2-0. Esto y la tirante relación de Cúper con Vieri, a quien suspendió la última semana por abandonar la concentración del equipo, facilitó el trámite, tanto como la mala relación de Batistuta con el técnico y los hinchas de la Roma.
Broma macabra, los caminos de Batistuta y Crespo vuelven a cruzarse. Su histórica lucha por la camiseta número 9 de la Selección nacional, que tuvo lugar durante los mundiales de Francia ‘98 y Corea-Japón ‘02, se reeditará ahora en el Inter, aunque Cúper podría cumplir el sueño de tantos argentinos que ni Daniel Passarella ni Marcelo Bielsa pudieron hacer realidad: que Bati y Crespo jueguen juntos y desde el arranque.
En lo que va de la temporada, Batistuta jugó 20 partidos –entre la Liga, la Champions League y la Copa Italia–, en los cuales marcó sólo seis goles. En estos momentos, el Inter comparte la primera posición del campeonato italiano con el Milan y se encuentra jugando la segunda fase de la Champions League. Pero Batistuta no podrá jugarla: la reglamentación no se lo permite porque jugó varios partidos para la Roma; pero en la liga buscará revancha para conseguir, en su tercer club italiano, su segundo Scudetto.
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