David Nalbandian avanzó anoche a los octavos de final del Abierto de Australia al vencer 4-6, 6-2, 6-0, 3-0 y abandono al belga Xavier Malisse, el mismo al que había vencido en la semifinal de Wimbledon. De esta manera, Nalbandian se sumó a Guillermo Coria como el segundo argentino en alcanzar esa instancia en el primer Grand Slam de la temporada. Coria se había deshecho del finlandés Jarkko Nieminen 7-5, 6-2, 6-2 y esta noche lo espera el estadounidense Andre Agassi. Hacía 22 años que un argentino no alcanzaba esta instancia en Australia, desde que Guillermo Vilas lo consiguiera por última vez en diciembre de 1980: luego llegó hasta semifinales; venía de ser campeón en 1978 y 1979. Al cierre, Clarisa Fernández jugaba contra la rusa Anastasia Myskina.
Después de un comienzo vacilante, en el que discutió mucho con los jueces de línea y perdió el primer set, Nalbandian se hizo dueño del encuentro con la potencia de sus tiros, al punto de ganar en forma consecutiva los últimos once juegos. Malisse se quejó de un dolor muscular en el brazo derecho para ponerle fin al partido que estaba por cumplir dos horas de duración. El rival de Nalbandian en octavos será el suizo Roger Federer, en principio más accesible que Agassi, al que deberá enfrentarse Coria.
“Voy a salir con todas las ganas, sin miedo. A jugar como lo estoy haciendo –dijo el santafesino–. El año pasado jugué contra Agassi en Cincinnati, salí a ver qué pasaba y así me fue”, recordó el argentino, que en aquella ocasión perdió 6-0, 6-2. “Voy a entrar a hacer mi juego, sin preocuparme de quién está del otro lado de la red. Tengo una gran confianza y deseos de seguir avanzando en el Abierto de Australia.”
El argentino logró ya con el pase a la ronda de los 16 mejores su mejor actuación en un Grand Slam, donde hasta ahora siempre se había quedado en tercera ronda. “Voy a disfrutarlo, a celebrarlo con mi familia y la gente a la que quiero”, dijo un feliz Coria.
Tan feliz estaba, que al finalizar el partido volvió a celebrar la victoria imitando, rodilla al suelo y dedo al aire, el gesto de su ídolo futbolístico, el chileno Marcelo Salas, algo que no repetía desde hacía mucho tiempo. “Volvió el ‘Matador’”, bromeó el tenista, hincha de River. “Había una pequeña colonia de chilenos en las gradas que me lo pidieron y no pude negarme”, relató.
Sin embargo, el argentino no acabó del todo satisfecho. Después de su magnífico partido de segunda ronda ante su compatriota Guillermo Cañas, Coria esperaba más de sí mismo. “El erró bastante, sólo al final mostró el tenis que tiene, con uno de los mejores reveses del circuito”, dijo Coria, que estuvo sólido desde el fondo, pero que no enseñó la agresividad de otros choques. “Prefiero ganar como lo hice contra Cañas, atacando, buscando la red de vez en cuando”, señaló.
El argentino tendrá una nueva oportunidad de mejorar su juego, esta madrugada, esta vez en la cancha central del Melbourne Park, ante el número dos del mundo. “Lo único que me preocupa para llegar diez puntos al partido con Agassi, es mejorar las ampollas que tengo en los pies y que me molestaron bastante”, añadió Coria. “Las canchas están muy calientes y molestan muchísimo. Ante Nieminen estuve a punto de llamar al fisioterapeuta, pero como iba ganando y no quería enfriarme, decidí continuar con los dolores en los pies”, destacó el tenista que acaba de cumplir 21 años.