Cuando Guillermo Vilas jugó su último partido de tenis como profesional, en 1992, tenía 40 años y era el 471º del mundo. En ese momento, el austríaco Thomas Muster apuntaba a ser uno de sus sucesores en el dominio del polvo de ladrillo. El austríaco alcanzó el primer lugar del ranking en 1996 y jugó normalmente hasta los 32 años. Ahora, con 43, decidió volver al circuito profesional, aunque su retorno, en Viena y ante su gente, tuvo el mismo sabor que aquel último partido de Vilas. Muster, número 974 del ranking, cayó en dos sets ante su compatriota Andreas Haider-Maurer, La presentación del veterano Muster copó la atención en el arranque del Abierto de su país. Unos 8000 espectadores aplaudieron al ganador de Roland Garros 1995, que jugaba su primer partido a nivel de la ATP desde el 24 de mayo de 1999, y que enfrentaba a un rival 20 años menor, que ocupa el puesto 157 del ranking.

“¿Por qué volví a jugar? Todavía soy joven. Espero tener un par de años por delante. Me divierte y a la gente le gusta”, dijo Muster, uno de los mejores jugadores de la historia sobre polvo de ladrillo y que para jugar en Viena recibió una invitación especial de los organizadores. Anunció que en la próxima temporada piensa disputar hasta 25 torneos.

Muster, que ganó 44 títulos a lo largo de su campaña, volvió a empuñar una raqueta en junio pasado, tras una pausa de once años con la raqueta, en el challenger de Braunschweig (Alemania). Desde entonces, disputó seis torneos de esa categoría, pero solo una vez consiguió avanzar más allá de la primera ronda. Su record 2010: ocho partidos jugados, un triunfo, siete derrotas. “Reconozco que hay que estar un poco loco para intentar una aventura así. También es necesario un poco de fanatismo y de ironía sobre uno mismo para intentarlo”, comentó el tenista antes de su partido.

Con el encuentro de ayer, se convirtió en el tenista de mayor edad en jugar un encuentro ATP desde que Jimmy Connors participara del torneo de Atlanta –también a los 43– hace 14 años. Duró apenas 76 minutos en el court. Para su rival, que entró en el cuadro como “lucky loser”, fue apenas la tercera victoria en el circuito ATP.