DEPORTES › CRISTIAN FABBIANI QUIERE SER TITULAR ANTE SU EX CLUB, RIVER
El delantero de All Boys se puso en condiciones para poder estar desde el arranque por primera vez en el torneo.
Luego de doce fechas, Cristian Fabbiani tiene la chance de ser titular en All Boys, por primera vez desde que llegó a Floresta. Y, casualidad del destino, ese estreno sería ante River, el club del que se declaró hincha y en el que produjo una revolución tan llamativa como efímera. En la semana, el entrenador de All Boys, José Romero, deberá definirlo. “Si se jugaba el fin de semana pasado iba a estar él. Ahora se recuperó Ereros, tenemos que ver cómo está Matos, que tuvo una contractura en el aductor, así que esta semana vamos a definir si juega. No me quiero apresurar”, sostuvo Romero.
De ídolo de River a suplente en All Boys, la carrera del delantero ha ido en picada. Tras un muy buen campeonato en el Apertura 2008 con la camiseta de Newell’s, su destino parecía ligado a Vélez, que había hecho una muy buena oferta y sólo restaba la revisión médica. Sin embargo, cuando iba en camino, su amor por River pudo más. Resignó dinero y aceptó sumarse al entonces equipo de Néstor Gorosito, que ya lo había tenido en Lanús y que a los pocos días de tenerlo en el plantel le vaticinó un futuro de Selección.
Ese amor declarado, la necesidad de una figura convocante y una campaña de marketing armada por el entonces presidente, José María Aguilar, con caretas de ogro incluidas, provocaron que Fabbiani se transformara en la bandera de River sin siquiera haber pisado el césped del Monumental. Y cuando lo hizo, con más de 100 kilos y fuera de forma, pareció que podía conseguirlo. En su primer partido, el 12 de febrero de 2009, bajó con la mano un centro y el rebote que dio el arquero tras su derechazo le posibilitó a Diego Buonanotte anotar el agónico 1-0 sobre Nacional de Paraguay. Para reafirmar el cariño, cuatro días más tarde, otra vez fue clave para la victoria 2-1 ante Central, con un golazo desde afuera del área. Desde el banco, el rendimiento era muy alentador.
Pero a medida que los resultados a River no se le fueron dando y los rendimientos de Fabbiani, ya sea de titular o de suplente, no convencían, las muestras de cariño empezaron a decaer, al mismo tiempo que crecían sus problemas extrafutbolísticos, con apariciones constantes en los programas de chimentos de la tarde. Ni siquiera una minipretemporada en Tandil, lejos del plantel, sirvió para que pudiera ponerse a punto. “El dice que come ensalada, pero si se come tres porciones, es lo mismo que la nada. La vaca come pasto y sigue siendo vaca”, declaró Gorosito, molesto porque el delantero no llegaba a su peso ideal.
La salida del entrenador y la llegada de Leonardo Astrada no cambiaron el panorama. Es más, la derrota 3-1 ante Independiente aceleró el distanciamiento con la gente. Aquella tarde, luego de otra tarea deslucida, los hinchas lo silbaron, a lo que Fabbiani respondió con un gesto de pedido de silencio a la platea San Martín. Entonces, los silbidos se transformaron en insultos. Con una relación sin retorno, el 4 de diciembre de ese mismo 2009 Astrada le comunicó que no lo iba a tener más en cuenta. Así, el ídolo se despidió del club de sus amores, con sólo tres goles en 31 partidos.
Tras su salida de River, su siguiente destino fue el Veracruz, de la segunda de México. Sin embargo, tras 20 días de entrenamiento con los Tiburones, el club resolvió no contratarlo y emitió un comunicado en el que aseguró que “su estado de forma no era el ideal para encarar una temporada competitiva”. Así, se quedó seis meses sin jugar, hasta que All Boys lo sumó para el Apertura. Y justo ante River, puede ser su primer encuentro como titular.
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