› Por Guillermo Saccomanno
› Por Mariano Kairuz
The Walking Dead y Dead Set son dos series nuevas que resucitan a esos monstruos que al menos una vez por década vuelven para encarnar un símbolo inapelable de lo que está mal en la sociedad: los zombies. Una tercera, Boardwalk Empire, dirigida por Martin Scorsese y ambientada en los círculos mafiosos del comienzo de la Ley Seca, roza el tema de un modo mucho más alegórico pero indiscutible. Los tres coinciden en lo mismo: los muertos vivos están entre nosotros y tienen algo para decirnos.
› Por Hugo Salas
Alejandro Amenábar intentó su película más ambiciosa hasta el momento: una ambientada en la antigua Alejandría, protagonizada por una filósofa histórica, en un momento en que las tensiones entre el viejo Imperio y el naciente cristianismo se cargan hasta la violencia. Y lejos del patinón o siquiera de la corrección, Agora es una increíble reconstrucción de época que además habla con lucidez de la política contemporánea.
› Por Rodrigo Fresán
Ambos son la voz de sus grupos y los dos están tomándose un tiempo lejos de sus compañeros: Brandon Flowers es el líder de The Killers –de Las Vegas, especialistas en actualizar los años ’80– y Fran Healy el de Travis, británicos melancólicos en busca de la canción perfecta. Flowers acaba de lanzar Flamingo y Healy, Wreckorder, dos discos muy parecidos pero diferentes a sus bandas que los encuentran, además, saliendo juntos de gira por Estados Unidos.
› Por Emilio Ruchansky
Cada una de las cuatro partes de la muestra de Camilo Restrepo despertó reacciones igual de virulentas: las pipas compradas a los paqueros del Barrio Triste de Medellín, donde los jóvenes se entregan a gastar lo que tienen en bazuco; las fotos policiales estetizadas hasta lo publicitario; las citas a las latas de Warhol; y los seis mil soldaditos y un hipopótamo de plástico. Radar estuvo en Medellín y expone el mapa sobre el que esta muestra se despliega.
› Por Natali Schejtman
Empezó como un nombre fundamental del under porteño de los años ’80, nocturna y talentosa, amiga de Batato Barea, cantante ocasional de blues. Pero pronto debutó en el teatro comercial junto a Ricardo Darín y Susana Giménez en Sugar, y entonces Karina K demostró el arco de su talento y su capacidad de adaptación: bailarina notable, comediante infalible, cantante eximia que, sin embargo, es capaz de ponerse en la piel de la peor voz lírica de la historia, la de Florence Foster Jenkins, cuando hace poco la interpretó para Souvenir. Ahora brilla como la señora Lovett en Sweeney Todd, el thriller musical de humor negro en el que acompaña a Julio Chávez. Y en charla con Radar, cuenta su experiencia en España, los consejos de Darín y las tardes con Batato, y asegura que sus veinte años de budismo la ayudan a desapegarse de la vanidad y entrar en los personajes con fluidez.
› Por Mariano del Mazo
› Por Nora Iniesta
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