El mendocino Jonathan Víctor Barros y el panameño Irving Berry pelearán esta noche desde las 23 en el Polideportivo Vicente Polimeni de Las Heras, en la provincia de Mendoza, y con televisación de TyC Sports por el título vacante de los plumas de la Asociación Mundial. Aunque en realidad, no hay tal vacancia. A falta de uno, la entidad con sede en Venezuela en esta categoría reconoce dos campeones: un supercampeón (el indonesio Chris John, quien lleva seis años y 11 defensas como titular) y un monarca regular, compartido con la FIB, el cubano radicado en Alemania Yuriorkis Gamboa.

Pero como la AMB subdivide sus títulos como si fueran porciones de una pizza que tiene que alcanzar para todos los invitados, se ha resuelto reconocer como válido por el campeonato del mundo el choque de hoy entre Barros y Berry sin que sea necesario. Tanto John como Gamboa se mantienen activos, no están lesionados, y es más: el indonesio habrá de defender mañana domingo su cetro como local ante otro argentino, Fernando Saucedo. Una prueba concreta de que la multiplicación de los títulos mundiales que ensaya sin rubor la AMB no obedece a una racionalidad deportiva, sino a otra mucho más concreta: cobrar el tres por ciento de las bolsas de los boxeadores como arancel de reconocimiento.

Al margen de estos manejos turbios, Barros y Berry subirán a hacer lo suyo. El mendocino ya peleó el 27 de marzo de este año por el título ante el cubano Gamboa en Alemania y a pesar de haber caído en el 8º asalto, hizo un papel lo suficientemente bueno como para figurar 2º en las listas de los plumas de la AMB y volver a tener su oportunidad. Representante de la tradicional escuela de su provincia, Barros es un boxeador hábil, rápido y de estilo técnico que llega con 26 años y un record de 30 victorias, 17 antes del límite, y una derrota.

El panameño Berry tiene, por su parte, 24 años y un registro de 18 triunfos, 9 por fuera de combate, un traspié y dos igualdades. Hizo toda su carrera en su país ante rivales de escaso nivel y una buena victoria este año ante su compatriota Roinet Caballero lo lanzó a esta chance por el 25 por ciento de una corona que tiene demasiados dueños.