La sombra de José Mourinho fue demasiado grande. Tras sólo seis meses en el cargo, el Inter de Milan anunció el acuerdo para la salida del técnico español Rafael Benítez, que fue contratado en junio por el club italiano y que tenía contrato por dos años. El Inter dio las gracias al entrenador de 50 años por el triunfo en la Supercopa de Italia y por el reciente Mundial de Clubes, sus dos títulos en el conjunto “neroazzurro”.

Benítez fue elegido en junio para sustituir al portugués Mourinho, que se fue al Real Madrid después de dirigir la temporada pasada al Inter a un histórico triple logro: ganó la Copa y la Liga italianas y la Champions League europea. “Lo siento, pero era inevitable”, dijo el presidente del club, Massimo Moratti.

Como posible sucesor la prensa italiana habla del brasileño Leonardo, que la pasada temporada dirigió al Milan, con el que no ganó ningún título. “Todos los nombres que circulan son interesantes”, dijo el presidente. Tras dos días de negociaciones y según los medios locales, el Inter y Benítez acordaron que el club le pagara tres millones de euros (3,9 millones de dólares). El contrato de dos años suponía una cantidad neta de ocho millones de euros, pero así el español puede presumir de no haber sido despedido.

Benítez no pudo continuar el éxito de Mourinho. Afectado por una plaga de lesiones –incluidas las de Walter Samuel y de Diego Milito–, que levantó polémica por la preparación física del español, en contraste con la del portugués, el Inter está séptimo, a 13 puntos del líder de la Liga italiana, el Milan, con dos partidos aún por disputar, por lo que en unos meses la defensa del título resulta ya casi una quimera. En Europa se clasificó a los octavos de final de la Champions League como segundo de su grupo, por detrás del Tottenham inglés. En marzo se enfrentará con el Bayern Munich.

Tras el histórico triple logro, Benítez, que acababa de salir del Liverpool, se enfrentó a un reto en el que tenía poco que ganar tras una racha de éxitos que se inició en tiempos de Roberto Mancini.

Tras una larga temporada pasada, con Mundial incluido, las estrellas del Inter se presentaron en agosto extenuadas física y mentalmente. Benítez, con un perfil menos popular que Mourinho, siempre achacó el mal inicio de temporada a problemas de concentración y a la plaga de lesiones, pero nunca se hizo responsable a sí mismo. Y también acusó indirectamente al presidente Moratti. “El Inter necesita nuevos jugadores”, exigió, mientras que el patrón ya no veía necesidad de gastar millones como en sus primeros años al frente del club: “Debemos ganar también así”.

El Mundial de clubes logrado el domingo en Abu Dhabi y la recuperación de jugadores lesionados parecía un punto de inflexión, pero entonces Benítez aprovechó para disparar en caliente: pidió respeto hacia su figura, reveló que no llegaron los refuerzos prometidos, culpó a Mourinho de la mala preparación física anterior y denunció falta de apoyo en el club. No sólo se puso en contra a los directivos del club: algunos jugadores, entre los cuales estaban Javier Zanetti y Esteban Cambiasso, también estaban en contra del español.

Moratti no se mordió la lengua. “Fue inoportuno”, dijo el magnate del petróleo. Benítez podrá ahora prolongar las vacaciones de Navidad con su familia en su añorada Liverpool.