Buena victoria, con mucha personalidad y entrega, disciplina táctica y no demasiado fútbol, de la Segunda Selección de Bielsa. Ante 70 mil “locales” que alentaban al rival, se ganó bien, con lo justo.
Un primer tiempo de alternativas cambiantes en cuanto a dominio, jugado a altísima velocidad, con mucha fricción, presión sobre la salida del rival de parte de Argentina y las dificultades, obvias, para encontrar la pausa necesaria para resolver con claridad, pensando. Porque todo fue vertiginoso en esta juvenil Argentina: la entrega, la marca, la oferta personal en el momento de recuperar la pelota y la búsqueda de espacios para la devolución. Los defectos también se originaron en esa manera de encarar el juego, ya que hubo exceso de faltas Ponzio, D’Alessandro y Guiñazú resultaron con amarillas y mucho apuro tras conseguir el control de pelota para ir, sin pausa, en busca del arco rival.
En ese sentido, el partido fue diferente al de Honduras, ya que no predominaron los socios por derecha los González y su toque pausado y punzante sino los del otro lado: Insúa, muy recuperado, metió el centro que cabeceó Milito afuera desde el mejor lugar, solito, en la opción más clara de los de Bielsa; y el empeñoso Guiñazú, desdoblándose. D’Alessandro entró mucho más en juego que en el partido anterior y se atrevió a gambetear y buscar el foul. Precisamente de un centro del Cabezón de River llegó el único gol. Córner y cabezazo del pibe Gonzalo Rodríguez el Sub20 en su hora más gloriosa que la puso de pique al suelo ante la salida torpe de un arquero inseguro. La pelota cayó llovida y ante el choque de dos defensores que no pudieron sacarla sobre la línea, entró mansita.
En el segundo, arrancó mejor México y se lo perdió el ingresado Pérez mientras Argentina no se ubicaba, no aparecía D’Alessandro ni la tenían los González. Todo era de México; Argentina sólo tapaba. Entró Clemente por Milito y todo pareció aún más confuso. Hasta que después de los diez el equipo tuvo un respiro, recuperó la pelota, tocó D’Alessandro, robó una Mariano González y casi gol. Ahí pareció cambiar la cosa. Y así llegaron las opciones de gol. Primero fue Insúa rematando fuerte y franco desde la izquierda y enseguida Mariano González, que mejoró muchísimo en el segundo tramo del período, mientras México se desinflaba de a poco.
Recién a la media hora México reaccionó, pero Argentina se impuso en el manejo y si bien los dos tuvieron llegadas hubo un penal de Burdisso que el juez no vio en el balance, fue un triunfo justo.