Vélez está cerca de hacer historia. Superior a los rivales, su juego está en boca de todos, y tanto el Clausura como la Copa Libertadores, ambas competencias en el tramo final, tienen al conjunto de Liniers como protagonista. Hoy será el turno del primer encuentro de semifinales, donde el equipo dirigido por Ricardo Gareca enfrentará a Peñarol de Montevideo, al que alentarán 55 mil hinchas en el estadio Centenario. El arquero Marcelo Barovero aseguró que “es un placer y un privilegio ver desde el arco la forma de moverse que tiene Vélez dentro de la cancha”.

–¿Qué siente al observar el juego de su equipo desde la última línea?

–Por momentos es un espectáculo para la vista. El juego elegante e intenso que propone Vélez en cada partido genera admiración. En mi caso, que la labor que debo llevar a cabo es atajar, tener de compañeros a varios monstruos es un placer y un privilegio verlos desde el arco. Obviamente que uno tiene que estar atento, mantenerse concentrado permanentemente, ya que este plantel no es invencible. Sin embargo, disfruto mucho de ver moverse en la cancha a los jugadores, sabiendo además que ellos mismos están disfrutando. Ese es uno de los motivos por los cuales el equipo pelea en los dos frentes.

–¿Es una presión ser arquero de Vélez, sabiendo que le llegan poco pero debe responder bien?

–Hay arqueros que prefieren que el rival vaya al ataque constantemente, y así atajar más de la cuenta para lucirse. Pero yo elijo otra opción: que el adversario llegue poco es una muestra de la solidez defensiva del equipo, y especialmente que sabe neutralizar todas las acciones que pueda generar el que está enfrente. Vélez da una clase permanente de ese estilo. Se defiende con la pelota en los pies. La presión para su arquero radica en que debe responder de la mejor manera las pocas ocasiones en las que le llegan.

–¿Cuál es la receta del plantel para pelear en los dos frentes?

–La concentración exclusiva en el próximo partido. El objetivo claro es conseguir el título en ambas competencias. Pero si nos ponemos a pensar sobre lo que significa cada torneo y lo que todavía falta, nos puede perjudicar. Entonces hay que ser inteligente y plantearse metas más cortas en el tiempo. Ahora el turno es el de enfrentar a Peñarol, que es un equipo duro y con historia, que sabe lo que es jugar este tipo de compromisos. Vélez debe salir a ganar ese partido como lo hace en todas las canchas, tratando de ser superior al rival. Así es como consigue triunfos holgados y superó las fases anteriores con un rendimiento superlativo.

–Que en semifinales la revancha sea en Liniers, ¿es una desventaja o un beneficio?

–Es absolutamente indistinto. Es verdad que obtuvimos ventajas importantes de local en octavos y en cuartos de final cuando superamos a Liga y a Libertad. Los triunfos en casa nos dieron calma y paciencia para afrontar las revanchas. Hoy la situación es diferente, pero no por eso más complicada. Especialmente porque si sacamos un resultado positivo, en Liniers la realidad sería más sencilla. Pero no debemos dar por ganado ningún partido de antemano. Disfrutamos cada uno de los 90 minutos que tenemos. En Montevideo será un lindo desafío para dar una nueva muestra de la calidad individual y grupal que tiene Vélez.

Entrevistó: Matías Quercia.