DEPORTES › BRASIL GANó Y SE QUEDó CON EL INVICTO DE ARGENTINA
El equipo de Magnano defendió duro, llevó el partido a su terreno y aprovechó una mala noche de la Generación Dorada para quedarse con la victoria. Para colmo, se lesionó Nocioni en la primera jugada.
› Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata
Un año después, Rubén Magnano y Brasil tuvieron su revancha. Ante un Polideportivo que desbordó de tensión y que terminó aplaudiendo a los jugadores a pesar de la derrota, la Selección Argentina cayó 73-71, resignó su invicto en el certamen y complicó de manera notable la definición de cara a los cruces de semifinales. Esta noche, en el último segundo del partido Brasil-Puerto Rico, recién se sabrán los enfrentamientos del sábado, ya que entrarán en juego los resultados entre sí y diferencias de puntos. El equipo de Lamas cerrará su participación en la primera fase desde las 18 ante República Dominicana.
“No es nuestro equipo, nuestro equipo es el que jugó con Canadá. No podemos apostar a meter 18 triples para ganar.” El diagnóstico-anticipo de Ginóbili no pudo ser más preciso. Los triples que habían llovido ante Venezuela, con un irrepetible 18-28, esta vez no quisieron entrar. Con 1-7 en ese rubro en la primera mitad, el equipo de Lamas debió apelar a otros recursos para mantenerse en el partido. La conmoción que le produjo la insólita lesión de Andrés Nocioni en el salto inicial (ver aparte) derivó en un nerviosismo inesperado, que se tradujo en apresuramiento y decisiones equivocadas. “Ese impacto en el arranque se sintió. Quedamos golpeados y arrancamos lentos”, admitió Delfino, que igual no quiso poner como excusa en la derrota la molestia del alero. “Tenemos un plantel lo suficientemente largo como para disimular una ausencia tan grande como la de Nocioni. Tendríamos que haber respondido de otra manera. Forzamos situaciones, nos volvimos anárquicos y por eso perdimos”, reconoció Delfino, que terminó el juego con 13 puntos.
Lo cierto es que ese combo, sumado a algunos pitazos de los árbitros al menos discutibles, provocó que el partido entrara en un terreno de fricción y discusiones que favoreció la causa brasileña. La apuesta inicial de los visitantes, de buscar lanzamientos lejanos, dio réditos en ese primer pasaje, con tres lanzamientos convertidos. Por eso, el conjunto de Magnano sacó una pequeña ventaja de 6 puntos (14-8) que pudo manejar hasta el final del primer cuarto, aunque una buena aparición de Delfino, goleador del parcial con 7 puntos, permitió que Argentina achicara a dos 19-17. Recién con la decisiva aparición de ofensiva de Scola en el segundo cuarto y una defensa muy férrea que clausuró el canasto propio, más la repetida ineficacia de los brasileños en los lanzamientos externos, se posibilitó que Argentina se recuperara en el marcador. Y con un tremendo rebote ofensivo de Jasen, pudo ponerse al frente, para cerrar 28-27 el primer tiempo. En la fricción, con lucha y amor propio, el conjunto de Lamas encontró la receta para suplir la efectividad ausente. “No estuvimos en nuestra mejor versión. Nos descolocaron un poco y después nos desesperamos”, resaltó Prigioni, que no estuvo tan certero como el martes en triples, con 3-8.
La rápida tercera falta de Tiago parecía una complicación para Brasil. Pero lo concreto es que esa contingencia terminó siendo productiva para los de Magnano, que encontraron una respuesta inesperada en Rafael, su reemplazante. Con 19 puntos y 8 rebotes, el pivot suplente de Brasil conformó un tándem temible con el base Marcelo Huertas, y juntos lideraron la escapada en el tercer cuarto. Los aciertos de Scola mantuvieron cerca a Argentina, pero ya el juego siempre se desarrolló con lo había imaginado Magnano: Alex contenía a Ginóbili, los grandotes aislaban a Scola y la pelota pasaba por la manos menos confiables de los jugadores argentinos. Dos triples consecutivos ilusionaron con la remontada al achicar a uno la diferencia (58-57), a falta de un minuto para el final del tercer cuarto, pero Brasil otra vez superó la situación con la conducción de Huertas y los puntos de Marquinhos. “Brasil tuvo el control del partido todo el tiempo. Intentamos tomar el mando, pero no pudimos”, analizó el capitán Scola, que finalizó otra vez como goleador con 24 puntos, pero no estuvo fino con el aro (10-21 dobles y 4-8 libres). “Ellos jugaron bien, no nos permitieron hacer lo nuestro y ganaron con justicia”, reconoció Lamas. “Ir ganando siempre les dio tranquilidad para el cierre”, agregó el DT argentino.
El último cuarto osciló entre la escapada definitiva de Brasil y la remontada heroica de Argentina. Todo estuvo abierto hasta el último minuto, cuando un triple de Guilherme sentenció la derrota argentina, más allá del maquillaje final. Ayer Brasil fue mejor y por eso ganó. Pero el sábado (o el domingo), puede haber revancha.
71- ARGENTINA
Prigioni, 13; Ginóbili, 14; Delfino, 12; Nocioni, 0; Scola, 24 (FI); Sánchez, 0; Oberto, 0; Gutiérrez, 2; Jasen, 2; Kammerichs, 4.
DT: Julio Lamas.
73- BRASIL
Huertas, 17; Alex, 7; Guilherme, 13; Marquinhos, 14, Tiago Splitter, 1 (FI); Marcelinho, 0; Rafael, 19; Luz, 0; Augusto Lima, 2; Benite, 0.
DT: Rubén Magnano.
Estadio: Islas Malvinas.
Arbitros: Sasa Pulk (Eslovenia), Antonhy Jordan (Estados Unidos), Hernán Melgarejo (Colombia).
Parciales: Argentina 17-19, 28-27, 47-53
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