Desde Mar del Plata

“Ya hasta me dio vergüenza.” La frase pertenece a Rubén Magnano y la pronunció tras la victoria de su equipo ante Argentina. Y la referencia tenía que ver con la nueva ovación que le regaló el público argentino, apenas unos minutos antes de comenzar el juego. Incluso, pese a la tensión que había en el Polideportivo, la gente cantó el clásico “olé, olé, Rubén, Rubén”, en reconocimiento al técnico campeón olímpico en Atenas 2004. “Es algo que me produce orgullo. Lo demás pasa, pero ésas son las cosas que quedan. Es una alegría muy linda que la gente me reconozca de esa manera. Me hacen poner colorado”, aseguró el ex DT de Atenas de Córdoba. Pero no fue lo único. Todos los jugadores argentinos se plegaron al aplauso de la gente e, incluso, Juan Ignacio Sánchez y Martín Leiva se acercaron especialmente a saludarlo segundos antes del partido. A su turno, Julio Lamas también lo abrazó, al igual que Néstor García, el actual asistente del DT argentino. Magnano había sido ayudante de Lamas en el anterior ciclo del entrenador nacional entre 1997 y 1999 y luego se había convertido en su sucesor en 2001. Más allá de la victoria de Brasil, Magnano ratificó, como había dicho en la previa del juego, que no quiere cruzarse con Argentina en el partido del sábado. “Más todavía que antes del partido no nos gustaría tener que enfrentarnos con Argentina por una plaza para los Juegos Olímpicos”, aseguró el cordobés.