Era un partido trascendental para River. Quilmes había vencido el viernes a Almirante Brown, por lo que la punta del campeonato ya no pertenecía a los dirigidos por Matías Almeyda. Sin embargo, y a pesar de jugar con un hombre menos durante prácticamente todo el partido, River demostró coraje y fútbol, y goleó 3-0 sin problemas a un tibio Independiente de Mendoza, para así recuperar el liderazgo en soledad de la B Nacional.

Ya desde el primer minuto se supo quién buscaba los tres puntos. El elenco de Núñez dominaba los hilos del medio, y buscaba explotar su fútbol por las bandas con las constantes subidas de Carlos Sánchez y Ocampos. De la vereda de enfrente, un Independiente Rivadavia apático y poco ambicioso, no presionaba en tres cuartos de cancha y jugaba cada vez más cerca de su propio arco. Sin embargo, apenas pasados los 10 minutos, el uruguayo Sánchez se fue expulsado de forma infantil por doble amarilla tras discutirle al árbitro Germán Delfino. Pero cuando parecía que la expulsión tempranera desacomodaba los planes de Matías Almeyda, River, contagiado por los gritos de la hinchada, se agrandó, y desde allí fue todo un monólogo del local.

Sin embargo, la primera jugada clara del encuentro llegó recién a los 27 minutos, con un tiro libre de Alejandro Domínguez que Ayala envió al corner. De ese tiro de esquina, el ex Valencia envió la pelota al segundo palo, Ramiro Funes Mori la metió al medio, y Cavenaghi, que entró solo, la empujó para poner justicia en el marcador.

En el segundo tiempo, River entró dormido e Independiente se arrimó. Y a los nueve tuvo su única chance en todo el partido. Aveska metió el centro, Vega salió lejos y rechazó corto, aunque luego con las piernas le tapó el empate a Ferradas.

Pero luego de pasarla mal durante diez minutos en que los mendocinos se arrimaron, sin fútbol pero empujando, en una contra, Ponzio habilitó a Alejandro Domínguez, que en velocidad eliminó a Leonardo Sánchez, y ante el achique de Ayala, que salió lejos y mal, definió de zurda al primer palo para darle tranquilidad a Matías Almeyda y a toda la gente. Sin embargo, tras el segundo, River quiso más, y tuvo recompensa por tanto insistir durante el partido. Abecasis metió un centro desde la derecha, y David Trezeguet con un cabezazo metió su primer gol oficial con la camiseta de River y sentenció el encuentro.