› Por Martín Pérez
Por primera vez una biografía no autorizada perfora el silencio de Lionel Messi.
› Por William Gibson
› Por Luis Poirot
Niño bien chileno, a comienzos de los ’50 abandonó los mandatos familiares y una carrera universitaria en Estados Unidos para volver a su país y salir a fotografiarlo. Su trabajo llegó enseguida al director del MOMA de Nueva York, que compró dos fotos de su bolsillo. El pequeño y mítico libro que publicó sobre Valparaíso le valió una beca en Londres, donde Cartier-Bresson mismo le compró fotos y lo invitó a sumarse a Magnum. Una de sus fotos en París inspiró a su amigo Julio Cortázar a escribir “Las babas del diablo” (que a su vez inspiró el Blow up, de Antonioni). Y todo parecía una carrera perfecta hasta que a fines de los ’60, cuando nadie se interesó en su trabajo sobre el casamiento del sha de Persia, abandonó paulatinamente la fotografía, renunció a la agencia y se retiró a una casa en las montañas del norte de Chile a meditar, vivir en la naturaleza y –dicen– tomar fotos abstractas. Ni siquiera cuando Josef Koudelka le organizó una retrospectiva rastreando sus fotos por el mundo, aceptó dar una entrevista o mostrar trabajo nuevo. La semana pasada, su muerte a los 81 años sólo volvió a echar luz sobre él y la inmensa parte de la obra que aún queda por conocer. El gran fotógrafo chileno Luis Poirot lo despide.
› Por Violeta Gorodischer
Su blog sobre la crisis del 2001 era una sensación, pero cuando se convirtió en la obra de teatro Más respeto que soy tu madre, protagonizada por Antonio Gasalla, su vida cambió. Y él decidió que fuera de la manera más inesperada: decidió financiar una revista sin publicidad ni intermediarios, que pagara bien y que los lectores pudieran comprar en papel por anticipado o descargar gratuitamente de la red. Con cuatro números, Orsai es un éxito de público y de calidad. Ahora, sumó un bar y una editorial. Todo con el mismo espíritu: dejar de discutir el viejo mundo de contratos, empresas e intermediarios y gozar del nuevo mundo digital. Desde su casa en la España de la crisis, Hernán Casciari habla de esa revolución en miniatura que es el mundo Orsai.
› Por Hugo Salas
Desde la llegada de la democracia y el post-franquismo, el público argentino viene manteniendo con el cine español recurrentes idilios: la primavera alfonsinista y Solos en la madrugada, los ’80 con Bigas Luna y Almodóvar, los éxitos televisivos como Anillos de oro que hicieron de Charo López, Sacristán e Imanol Arias estrellas de devoción local, hasta los más recientes Alejandro Amenábar y Alex de la Iglesia. Pero tras el estreno de esa pequeña maravilla que fue En construcción de José Luis Guerín sobre la transformación de Barcelona, diez años atrás, una nueva corriente ajena al cine más industrial empuja bajo la superficie a toda una camada casi desconocida en la Argentina. El notable ciclo Nuevas estrategias - Corrientes subterráneas en el nuevo cine, en la Lugones, los acerca, por suerte, a este lado del Atlántico.
› Por Mariano del Mazo
Santafesino llegado a Buenos Aires a los 15 para tocar, formado en la noche bohemia junto a Alfredo Gobbi, de una delicadeza extrema para los arreglos, conoció a casi todos y tocó con muchos de ellos, pero lejos de la nostalgia, Bartolomé Palermo se junta con los jóvenes en su casa de Flores, sigue tocando con su trío y edita un disco nuevo en el que mezcla temas propios y clásicos, mientras se ríe de ser un sobreviviente del tango dorado.
› Por Carlos Huffmann
Poco conocido en Argentina, Mike Kelley era una figura insoslayable entre las últimas generaciones de artistas en Estados Unidos. Nacido en una familia católica de Detroit que no apoyó su vocación, hizo de Los Angeles su hogar y su base de operaciones, desde donde se valió de los soportes más variados para construir una obra a contramano del temperamento conceptual, en la que utilizó y cuestionó la teoría freudiana, y buscó hasta en la basura para develar los sublimes misterios de la cultura contemporánea.
› Por Micaela Ortelli
Radio, videos, gira, críticas, YouTube: los Black Keys son, sin duda, la banda del momento. Pero debajo del momento hay mucho más: dos amigos de Detroit, criados lago de por medio de los White Stripes (el otro gran dúo del Medio Oeste que resucitó al rock), que se hicieron de abajo, grabando en el garaje, mandando demos a discográficas que los ignoraban, saliendo de gira en una van, cobrando diez dólares el show, ganándose al público disco a disco. Después del éxito de Brothers, con El Camino el dúo sobrevive al momento y se queda en la cresta haciendo lo que cada vez más le agradecen: música sincera que es a la vez un descubrimiento y un reencuentro.
› Por Natali Schejtman
› Por Miguel Rep
› Por Juan Diego Incardona
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