Argentinos fue a Liniers e hizo un negocio perfecto. Con un planteo inteligente primero neutralizó a su rival y luego se aprovechó del desgaste de Vélez para agredirlo y llevarse una justa victoria. El conjunto de Ricardo Gareca no tuvo variantes y dejó pasar la chance de quedar puntero. El juvenil Santiago Nagüel y Pablo Hernández, de penal, anotaron los tantos del equipo de La Paternal.

La idea de Argentinos fue clara: buscar un partido cerrado, en el que Vélez no pudiera imponer su mejor juego. Y el plan estratégico le salió muy bien, porque la primera mitad se desarrolló lejos de los arcos, sin emociones y sin riesgo para los arqueros. Entonces, a medida que corrían los minutos, el desgaste de un Vélez que en la semana había jugado en Colombia comenzó a tener influencia en el juego. Sin chispa, con poca presión, y casi sin cambio de ritmo, el conjunto de Gareca se tornó inofensivo para Argentinos, que seguía tranquilo a la espera de su momento en el juego.

Y el momento llegó en el inicio de la segunda parte, cuando Morales cedió a la derecha para la llegada de Nagüel. Sin marcas, el volante recibió, se acomodó y sacó un remate cruzado que dejó sin chances a Barovero. El resultado acentuó las posturas. Vélez se vio más obligado a buscar el ataque y Argentinos aprovechó para agruparse más cerca de Ojeda. El problema para los de Liniers es que no tuvieron movilidad para romper ese esquema y se quedaron con el remate desde lejos como una única variante. Por esa vía inquietaron varias veces a Ojeda, pero el arquero visitante siempre respondió con solvencia. Otra vez, Argentinos supo ser paciente y de contragolpe liquidó el partido, cuando Gianetti bajó en el área a Hernández, que luego convirtió el penal para darle una merecida victoria a su equipo.