La barra brava de Independiente escribió ayer en Sarandí, en ocasión del partido ante Arsenal, un nuevo capítulo en su disputa con la dirigencia. Tal como se rumoreaba en la previa del encuentro, integrantes de la segunda y tercera línea de la barra, que comanda Pablo “Bebote” Alvarez, dijeron presente en Sarandí. De nada sirvió la medida para que los hinchas fueran a la cancha con documento, como había pedido el Coprosede.

Minutos antes del comienzo y durante el primer tiempo, los violentos obligaron al resto de los hinchas a dejar un claro en el centro de la popular visitante. Antes de comenzar la segunda etapa, la situación se tornó más lamentable, cuando violentos que se encontraban fuera del estadio arrojaron piedras hacia la tribuna lateral que ocupaban los propios hinchas de Independiente. Allí también se produjo un cruce con los hinchas locales, que fueron reprimidos por la policía.

Luego de siete minutos en los que el juego estuvo interrumpido, más de un centenar de barras ocuparon el centro de la tribuna y comenzaron a cantar contra el presidente Javier Cantero. Los reproches apuntaron contra la decisión del club de quitar las banderas del estadio y entregárselas a la policía. “Hubo una batalla y esto continúa. Nosotros tenemos que seguir por el mismo camino. El tema ahora es ganar dos o tres partidos seguidos para que se tranquilice”, sostuvo Cantero.