En un partido que tuvo dos caras claramente opuestas –anodino primer tiempo, vibrante (y violento) segundo período– Newell’s le ganó con justicia a San Lorenzo sobre todo porque quiso más y porque tuvo mayor capacidad para crear y definir. Silvani de penal y Rosales –la figura, imparable– convirtieron para el local; Morel Rodríguez, que se fue expulsado, había empatado para el Ciclón. Madorrán, de buen desempeño, también echó a Gonzalo Rodríguez.
Tras un primer tiempo intrascendente, pobre y con muy pocas oportunidades de abrir el marcador, Newell’s y San Lorenzo se despertaron para jugar un segundo tiempo mucho más entretenido en que los locales siempre parecieron más decididos y peligrosos, sobre todo en la vía ofensiva generada a través de Manso hacia Silvani y el imparable Rosales, el único que había generado riesgo cierto durante la primera etapa.
Es que en ese primer lapso, los equipos del Bambino y de Insua carecieron de claridad para buscar el arco rival. Muy cauteloso San Lorenzo, sin enganche definido, ya que Chatruc no cumple esa función plenamente, y con más combatividad que otra cosa en el medio. Los de Veira combinaron mejor la función de obstruir –muy eficientes y trabajadores Liendo, Domínguez y Domizi– con los chispazos creativos de Manso y los dos movedizos de adelante.
Así tras un período inicial sin goles, arrancaron el segundo con otro ánimo. Jugaba mejor el local y tras una gran habilitación de Manso llegó el penal de Saja a Silvani que convirtió el Cuqui a la izquierda del arquero. Casi inmediatamente, cuando había hecho poco, empató San Lorenzo, con un remate bajo de Morel que recogió el rebote de su propio tiro libre para batir al tapado Palos. El partido se animó; pero Newell’s era siempre más incisivo.
Y así, en un descuido del medio campo, Silvani habilitó justo a Rosales que, con la defensa en línea y un Saja que salió demasiado lejos, definió por arriba. 2-1 y era justo. Los de Insua se mandaron –entró Luna por Zurita–, los locales se echaron atrás y pese a la expulsión del Morel, San Lorenzo, a los centrazos, empujó. Hubo un remate de Gonzalo Rodríguez en el travesaño del confundido Palos y en los últimos cinco, ya con Marino por Manso, por dos veces el empate estuvo al caer. El toque de Acosta lo sacó Ré sobre la línea; y a otro cabezazo de Acosta no llegó a desviarlo Luna. Pero no dio para más.