Real Madrid y Barcelona disputarán en el Camp Nou el primer clásico, de los cuatro que tendrá la temporada, en la ida de la Supercopa de España, que será el torneo de menor importancia para ambos gigantes, aunque con un valor psicológico indiscutible. Los dos colosos volverán a medir fuerzas cuatro meses después de aquel triunfo blanco por 2-1 en Barcelona que sirvió para finiquitar la Liga española.

Ahora, ya sin Josep Guardiola en el banquillo azulgrana y en los albores de la nueva temporada, llega la nueva cita. Cómo olvidar lo ocurrido en la última Supercopa, conocida como “la del dedazo”. Entonces, José Mourinho, técnico del equipo blanco, le metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova, entonces ayudante de Guardiola y ahora su sucesor. Aquella Supercopa fue extraordinariamente conflictiva, con peleas entre jugadores y conflictos en los bancos de suplentes. Se registraron múltiples enfrentamientos entre compañeros que antes habían sido amigos e Iker Casillas, el capitán blanco, se vio obligado a mediar con Xavi Hernández y Carlos Puyol, del Barcelona, para rebajar tensiones.

La diplomacia tuvo efecto y ahora el ambiente es notablemente más pacífico. Aunque con 11 meses de dilación, Mourinho también pidió perdón a Vilanova por su comportamiento –“no lo debería haber hecho”– y éste aceptó las disculpas. Además, el jugador catalán Gerard Piqué rogó esta semana por la recuperación del portugués Pepe, con un traumatismo de cráneo, uno de los futbolistas más odiados por el defensor.

Sea cual fuere el resultado, será demasiado pronto para extraer conclusiones. No hay que olvidar que el Real Madrid jugó bien la pasada Supercopa para acabar perdiendo. Pero al final conquistó la Liga, que era lo verdaderamente importante. Sin embargo, el nuevo título adquiere más importancia si se atiende al factor psicológico. El Barcelona parece deseoso de confirmar cuanto antes que está preparado para destronar al campeón de la Liga y los blancos quieren ganar para limitar el vuelo de la imaginación azulgrana.

Aunque Mourinho ya firmaría que sucediese lo de la pasada temporada. “Si perder la Supercopa es una motivación para ganar la Liga, lo firmo ya. Pero creo que es la competición menos importante de las cuatro que jugamos”, explicó ayer el portugués en rueda de prensa.

Por lo visto en la jornada inaugural de la Liga española, el Barcelona quiere recuperar las mejores sensaciones de la “era Guardiola” y parece arrancar con un punto más que su rival, tanto en el aspecto motivacional como en el físico.

Si los azulgrana golearon 5-1 a la Real Sociedad en el comienzo de la Liga española, el Real Madrid cedió un empate 1-1 en casa ante el Valencia. Para colmo, el encuentro de los blancos dejó una secuela en forma de lesión, con el tremendo golpe de Pepe. Su sustituto será Raúl Albiol. En aquel encuentro no jugó el alemán Sami Khedira y es probable que regrese a la titularidad en detrimento de Lass Diarrá. Además, el argentino Gonzalo Higuaín es el candidato a acompañar a Cristiano Ronaldo en la punta tras su tanto ante el Valencia. El encuentro también servirá para ver si Cristiano Ronaldo tiene opciones todavía de pelear por el Balón de Oro. Aunque no será fácil, visto que Lionel Messi comenzó la Liga con dos goles.