Por J. A.

Algunos lo llaman la suerte del campeón. Cuando Lanús jugaba mejor, cuando el equipo del sur se perdía las ocasiones de gol más propicias, en el momento en que estaba al borde de la amargura, un contragolpe muy rápido por la derecha y unos reflejos sensacionales de su goleador le abrieron a Vélez el camino a una goleada, en una jornada en la que primero Boca y después River le pusieron una fenomenal presión ganando sus compromisos previos. Una valiosa victoria, que terminó con oles, y que equivale a seguir manteniendo la punta, en dupla con los de la Boca y un punto por encima de los de Núñez, que además van a enfrentarse la próxima fecha, restándose puntos entre sí.
Esa posibilidad que le brinda al equipo de Liniers el programa de la 14ª fecha, en la que Vélez deberá visitar a Gimnasia en La Plata, tornaba doblemente importante conseguir el resultado más favorable. Después de una primera mitad con el viento futbolístico en contra, los pibes de Carlos Ischia reaccionaron como un boxeador herido, y aunque fue Lanús el que dio el paso atrás –cuando desaprovechó un tiro libre que se transformó en la réplica lapidaria– aplicaron el golpe de nocaut justo cuando terminaba el período.
La pelota subió rápida en los pies de Centurión, y le quedó a Bardaro pisando el área. El ágil delantero le metió el freno para desorientar a su marcador, y le metió el centro bombeado al segundo palo, por donde entraba Nanni. El arquero Flores alcanzó a manotear la pelota, sacándola de la trayectoria por la que esperaba recibirla el goleador, pero éste, apelando a su poderoso olfato y unos magníficos reflejos, se tiró para atrás y alcanzó a conectar la pelota en una media tijera con destino de red, que pegó en Galván y se metió en el arco.
El pitazo de Martín no alcanzó a despertar a Lanús, que estaba groggy. La expulsión de Serafín García, apenas comenzado el complemento, terminó de facilitar el panorama, y los chicos de Liniers no necesitaron otro aliciente para liquidar el partido. Al ratito nomás, hubo un cambio de frente de Cubero para Sena, y el volante se metió en el área, poniéndole la pelota por encima a Flores, que Gracián acompañó ya dentro del arco.
Con el 2-0 a favor y casi todo el complemento por delante, quedaba por definir solamente si Vélez lo iba a terminar pronto. La pelota empezó a circular con rapidez, mientras la visita trataba de cerrarse sobre su propia zaga, para evitar, no ya la derrota, pero sí una cifra categórica en contra.
Una gambeta por la izquierda de Bustos, metiéndose en el área y enfrentando a Flores, derivó en la tercera conquista: el volante tocó hacia adentro ante la salida del arquero y Nanni la empujó hacia el arco vacío, marcando su undécimo gol del torneo y transformándose en el máximo artillero del Clausura. El último gol llegó como debía: un blooper de Benítez, que desvió un remate del ingresado Somoza directo a su propio arco.