Sus hinchas siguen acudiendo en masa al lugar en el que cayó para siempre veinte años atrás, el 22 de noviembre de 1992, al borde de la ruta 205, muy cerca del cruce con la 41, en Lobos. Un monolito transformado ya en un santuario de la pasión recuerda el lugar en el que murió, ganando una carrera de Turismo Carretera, Roberto José Mouras, el Toro de Carlos Casares, crack de Chevrolet y del TC, tres veces campeón de la categoría (en 1983, 1984 y 1985) y uno de los últimos ídolos del automovilismo argentino. Mouras será recordado frente al monolito y también en su pueblo natal, Carlos Casares: se descubrirá una placa en el cementerio local, donde reposan sus cenizas, se habilitará una exposición en el museo que lleva su nombre y por la noche habrá una misa en su homenaje. Esa de Lobos fue su victoria número 50 en el TC; allí en Lobos, Roberto Mouras comenzó a ganarle una carrera eterna al olvido.