En su exposición usted remarcó la importancia del apoyo del Estado en la carrera de un atleta de alto rendimiento. ¿Eso es clave en Latinoamérica?

–Hoy los gobiernos están ayudando mucho al deporte, como sucede en Argentina, en Venezuela, en México y en Ecuador; cuanto más apoyo tengan los deportistas, mejores resultados se van a ver.

–¿Cómo ve usted, con su experiencia, al deporte olímpico argentino?

–Argentina va a seguir mejorando. He visto el apoyo del gobierno argentino, ya que estuve también aquí el año pasado, por ahí en los Juegos de Londres comenzaron a verse resultados, pero creo que va a ser mejor en los Juegos de Río de Janeiro.

–Pasan los años y todavía ningún atleta consiguió romper su marca de 2,45 metros, ¿a qué lo adjudica?

–El motivo creo que es mental, o mejor dicho motivacional. Hoy los atletas se enfrentan a una altura, pero en mi época yo me enfrentaba con otros atletas que eran enormes, y como siempre quise ser el mejor, trataba de superarme siempre.

–¿A qué atletas de la actualidad destaca usted?

–En estos momentos, admiro a los jamaiquinos Usain Bolt y Johan Blake, y al keniano David Rudisha, record en los 800 metros.

–¿Le hubiera gustado destacarse en algún otro deporte o disciplina?

–Dentro del atletismo, sí. Me gustaban mucho las vallas, pero creo que si hubiera sido un poco más veloz me hubiera gustado ser saltador de triple. Probé esa disciplina de joven y no era malo. Igual, me siento satisfecho con mi carrera deportiva, y con el hecho de no haber sido persuadido por el dinero. Me siento como un embajador deportivo de mi país, y eso me enorgullece.