Del infierno al cielo en apenas medio año. El joven delantero de 21 años, Facundo Ferreyra, puede dar cuenta de aquello. El 24 de junio de este año, cuando todavía jugaba en Banfield, su equipo cayó 3-0 con Colón, salió último y descendió. La joven promesa que aún no había llegado a explotar recaló en Vélez tras una oferta de 2,4 millones de dólares por el 50 por ciento del pase, y cinco meses y ocho días después de sufrir la pérdida de categoría, fue campeón y figura. Jugó 15 partidos en el Torneo Inicial y marcó 13 goles, por lo que se convirtió en el máximo goleador del certamen –junto con Ignacio Scocco de Newell’s–. En diálogo con Página/12, el atacante recordó un año en el que vivió los dos extremos, fue el peor y fue el mejor: el renacer futbolístico en primera persona.

–Las últimas semanas del torneo fueron muy intensas. ¿Cómo las vivió?

–Antes del partido con Unión estábamos un poco tensos y muy ansiosos. Ese día me tocó a mí hacer los dos goles para poder definir el campeonato. Fue una alegría enorme. Después, con Rafaela queríamos superar los 40 puntos, por eso al duelo lo tomamos con mucha seriedad. Salimos a la cancha un poco más relajados, pero queríamos ganar y lo hicimos con buen fútbol.

–Precisamente, con Rafaela se coronó como máximo anotador, pero lo festejó con todo el equipo. ¿Era también un objetivo grupal?

–Sí, es cierto, tanto yo como todos mis compañeros queríamos que yo termine arriba en la tabla de goleadores y en el festejo nos abrazamos entre todos. De esa manera demostramos lo unido que está este grupo.

–De los 13 tantos que hizo, ¿cuál fue el que más le gustó?

–Uno contra Arsenal en que la tocamos todos y yo solo tuve que definir. Ese gol refleja lo que fue Vélez y a lo que jugó durante todo el torneo.

–¿El objetivo para el año que es superar esos 13 goles?

–La idea es seguir por este camino, si supero esa cifra, bienvenido sea, pero si no intentaré aportar lo mejor para el equipo. Va a ser un semestre muy lindo, voy a jugar la Copa Libertadores por primera vez.

–¿Por qué cree que finalmente fueron campeones?

–Porque fue el equipo más regular en el torneo. Siempre mantuvimos una identidad y sabíamos a lo que jugábamos. Hubo partidos en los que no jugamos bien, pero igualmente los pudimos sacar adelante gracias a eso.

–¿Cree que fueron un justo ganador?

–Sí, creo que fuimos el mejor a lo largo del campeonato. Newell’s, Lanús y Belgrano tuvieron un buen torneo, pero por suerte lo ganamos nosotros. Y fue mi primer campeonato con verdadero protagonismo, porque en el que gané con Banfield (Apertura 2009) estaba en el plantel, pero no llegué a jugar.

Este, en cambio, lo viví de otra manera. Se generó mucha más repercusión. Me llamaron de todos lados y me invitaron a varios programas, pero traté de tomármelo con calma, con la familia, los amigos y los compañeros, que son mi sostén. Creo que lo más importante es mantener siempre la humildad. Es lo que te lleva a lograr cosas, al igual que el trabajo y el sacrificio. Son todas cosas que me llevaron a donde estoy.

–A mitad de año, cuando todavía estaba en Banfield, además de la de Vélez, tuvo otra oferta, del Murcia, español. Pero decidió quedarse en el país. Hoy puede afirmar que fue una sabia decisión...

–Es cierto, había una propuesta concreta de Murcia, pero puse en la balanza todo y pensé en qué es lo que quería para mi carrera y no lo dudé. Sabía que acá iba a tener la oportunidad de progresar mucho como jugador. Este es un club ordenado y donde tengo la oportunidad de trabajar tranquilo. Creo que tomé una buena decisión y no me equivoqué.

–¿Cómo se explica que hace seis meses tuvo la desgracia de descender con Banfield y ahora, en otro equipo, fue figura, goleador y campeón?

–Todo lo que pasó este año fue muy raro. Sucedió todo muy rápido. Me fui al descenso con Banfield y después no sabía a dónde iba a jugar. Llegué a último momento a Vélez y empecé a jugar en la cuarta fecha, y recién en la sexta, séptima fui titular. Y ahí cambió todo. Cuando llegué acá me encontré con un equipo que ya estaba armado y sabía a lo que jugaba. Se me hizo todo mucho más fácil. En el anterior semestre, en Banfield, no me fue para nada bien, tanto en lo personal como en lo grupal. Vivimos una situación complicada, pero por suerte acá en Vélez me pude mostrar.

–¿Y por qué cree que en Banfield no jugó como en este último semestre?

–No lo sé. Fue un campeonato duro. Hubo como seis partidos seguidos en los que entrábamos a la cancha y antes de los diez minutos ya íbamos perdiendo dos a cero. Eso mentalmente te va desgastando y se hacía complicado darlo vuelta. Fue todo un conjunto de cosas malas que provocaron que nos vayamos al descenso. Yo lamento mucho en la forma en que me fui, me hubiera gustado abandonar el club de otra manera. Cuando debuté, en 2008, había arrancado bien, tuve dos campeonatos buenos, pero en el último tuve un mal rendimiento. Me fui con una imagen que no era la que yo quería. Ojalá algún día tenga la posibilidad de volver y cambiar todo eso.

–¿Cuál es el balance final de todo el año?

–Fue un año muy muy duro y que tuvo de todo, pero tengo que mirar para adelante. Ahora me toca descansar y disfrutar lo que logré con la familia.

Entrevista: Pablo Ribera.