DEPORTES › MARTíN JAITE AFIRMó QUE NO HARá EXCEPCIONES CON JUAN MARTíN DEL POTRO
Después de que el tandilense dijera que se había enterado de su exclusión del equipo por los medios, el capitán ratificó desde Punta del Este que “las reglas tienen que ser para todos” y que no estará en la serie contra Alemania.
› Por Sebastián Fest
La Copa Davis volvió a convertirse en sinónimo de tensión, mezquindades y división en el deporte argentino, con el enésimo capítulo de un drama que parece ya infinito. Y, una vez más, los problemas pasan por la actitud de su máxima estrella.
Obsesionados con ganar la Davis, los argentinos se están resignando a que en 2013 tampoco será posible, porque su número uno, Juan Martín Del Potro, viene boicoteando ostensiblemente al capitán del equipo, Martín Jaite. Pasó en los años de Guillermo Vilas y David Nalbandian, entre otros, y vuelve a suceder con Del Potro.
Jaite les había dado plazo hasta el 10 de diciembre a todos los jugadores convocables para que le confirmaran su disponibilidad. Del Potro le pidió diez días más, pero una vez vencido ese “tiempo extra” tampoco dio señales de vida, pese a que entrenaba a escasos metros de donde Jaite preparaba a un grupo de juveniles. Así, el capitán decidió excluir a Del Potro de la serie de primera ronda ante Alemania.
Y el conflicto, una vez más, volvió a estallar. Del Potro echó más leña al fuego el miércoles al asegurar que se enteró “por los medios” de que estaba fuera del equipo y añadir que quiere reunirse “lo antes posible” con Jaite, pese a que hace semanas que no se comunica con él.
“Es difícil, es difícil”, dijo Franco Davín, entrenador del número siete del mundo, durante una entrevista con ESPN cuando se le preguntó si hay posibilidades de solucionar los problemas entre el jugador y el capitán. “Creo que se ha complicado un poco la cosa con estos últimos días de cosas que se hablaron, mensajes, ‘qué te dije antes o qué te dije después’ y eso no ayuda”, añadió.
Tan difícil es que, a Jaite no se le movió un pelo hoy pese a las presiones públicas de Del Potro y al viento en las playas de Punta del Este. “Las reglas tienen que ser para todos”, dijo Jaite a DPA desde la localidad uruguaya en la que está pasando unos días de vacaciones.
“Fuimos bien claros en ello”, añadió ante la pregunta de si existe la posibilidad de dar marcha atrás en la exclusión de Del Potro.
Argentina jugó cuatro finales de la Copa Davis –1981, 2006, 2008 y 2011–, y en todas hubo enfrentamientos internos en el equipo. El caso más flagrante fue la derrota como local en Mar del Plata ante una España sin Rafael Nadal, cuando Nalbandian decidió hacerle la vida imposible a Del Potro y éste se quebró física y mentalmente, y renunció a jugar su segundo single.
Con Nalbandian mucho más cerca del retiro que de su objetivo de ganar la Davis, el eje de la discordia es ahora Del Potro, al que la palabra “Davis” parecería a veces provocarle poco menos que alergia, lo que no deja de ser una paradoja, porque sus actuaciones y victorias fueron fundamentales para llegar a las finales de 2008 y 2011.
Los responsables de prensa de la ATP tienen una consigna clara del italiano Ugo Colombini, el manager de Del Potro, cada vez que su jugador se enfrenta a un grupo de periodistas en los diferentes torneos que juega alrededor del mundo: sin preguntas sobre la Davis, por favor.
Los periodistas, claro, no pueden ni quieren evitar preguntar sobre un tema que interesa a sus lectores, y así es que se llega a situaciones más que llamativas. ¿Ejemplo? Colombini, escondido detrás de una planta en la sala de ruedas de prensa del torneo de Basilea presionando a una empleada de la ATP para que evitase las preguntas sobre la Davis.
¿Quiere Del Potro jugar la Davis, quiere ganarla para Argentina? El jugador jura que sí y algo de eso se intuyó en la semifinal perdida en septiembre ante la República Checa en Buenos Aires.
Aquella vez Jaite se enteró por terceros de que Del Potro renunciaba a disputar el punto clave del domingo ante la estrella checa, Tomas Berdych, alegando dolores en la muñeca que lo tuvieron sin jugar toda la temporada 2010. Del Potro había jugado y ganado el primer punto ante Radek Stepanek yendo en contra de los consejos de su médico, que le pidió que no se presentara porque estaba poniendo en riesgo su temporada.
Jaite buscó a Davín, que le ratificó ese “no”, pero entonces surgió el jugador, tembloroso, diciendo que sí, que jugaría, que quería jugar. Instantes después lo convencieron y se convenció de que no, de que no debía jugar. En aquel domingo de septiembre, tras la derrota, hubo gruesas palabras por parte de más de uno de los protagonistas e incluso lágrimas de Del Potro en el vestuario. El drama volvía a estar servido y tras su enésimo capítulo la pregunta de los fanáticos del tenis en la Argentina es si alguna vez tendrá fin.
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