A Pablo Failde lo asedian las paradojas. Se preocupó como diputado por la violencia en el fútbol y en una salidera bancaria fue robado por barrabravas de River. Como legislador presentó el proyecto de control de las videocámaras en la ciudad de Buenos Aires y el 5 de marzo pasado, cuando lo asaltaron, las de su barrio no funcionaban. Politólogo y ex diputado porteño del Frente para la Victoria, hoy integra el Comité de Seguimiento de la Seguridad Pública. Con un tono que revela cierta resignación, dice: “Me cayó un balde de agua fría lleno de paradojas, hendijas en la Justicia,

inoperancias varias y complicidades muchas”. Su caso lo reflejó Página/12 el domingo pasado en una extensa nota sobre la investigación judicial que comprobó cómo barras de River marcan a clientes de bancos para después robarles. De vacaciones en el balneario de San Clemente, dialogó durante media hora sobre los pesados del fútbol, sus proyectos para neutralizarlos, la responsabilidad que debe asumir el gobierno nacional en el tema y el papel del presidente de la AFA, Julio Grondona.

–Víctima de un robo a mano armada, le apuntaron con una pistola 9 milímetros para despojarlo de su mochila con el dinero que había sacado del Banco Ciudad. ¿El hecho tuvo más visibilidad porque están involucrados barrabravas de River?

–Sí, y me parece importante que el tema se haya hecho visible. Debería hacerse un diagnóstico y llevarse adelante una política concreta para resolver el tema de una vez. Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se hicieron cosas importantes, pero hay que seguir trabajando por una mayor eficiencia de la Policía Federal para abordar la violencia en el fútbol. En mi caso y en otros, las salideras tuvieron que ver con el delito y el fútbol porque quienes robaron son connotados barrabravas de River.

–Usted se involucró en el tema de la violencia en espectáculos deportivos. ¿Qué hizo como legislador para intentar contrarrestarla?

–Cuando fui diputado presenté varios proyectos para cercar a estos delincuentes: un cuerpo especial de la policía para este tipo de delitos, el derecho de admisión, la fiscalía deportiva, la exigencia de butacas en todos los estadios de Primera, etc. Las medidas no pueden pasar por poner más efectivos de la montada, guardia de infantería o perros. Y hay que cortar la complicidad entre barras y policías. Será difícil si no hay un cuerpo que se despegue de su ubicación en la cancha por vía de las simpatías. También debe aplicarse una política muy fuerte de prevención y de inteligencia criminal sobre los grupos violentos.

–¿Los barras son estimulados a cometer delitos como salideras bancarias porque gozan de impunidad y son prohijados por políticos, sindicalistas y dirigentes de fútbol?

–El fútbol permite que haya ciertos ilícitos por la magnitud que tiene. Es un espectáculo de masas. Mueve un paquete de dinero enorme. La dirigencia, además, avala a un señor que es responsable: Grondona. El Estado antes no tenía mucha injerencia en el fútbol porque existía un contrato de derechos televisivos entre la AFA y el Grupo Clarín. Pero ese vínculo ya no existe. Por eso, la oportunidad de cambiar es ésta.

–¿Por qué ahora cuando no se hizo antes?

–Si hay un gobierno que puede erradicar la violencia en el fútbol es éste. Por el momento y el contexto adecuado cuenta con esa posibilidad. El problema tiene solución. Incluso con sus contradicciones, de las que el Gobierno sale siempre para el lado correcto. Porque no se puede depurar todo de la noche a la mañana.

–Mónica Nizzardo, de la ONG Salvemos al Fútbol y una reconocida militante contra la violencia en el fútbol, acaba de renunciar a la lucha porque dice todo lo contrario de usted. Que el tema no tiene solución.

–Para mí, sí. Y si no resuelve esto el gobierno nacional no lo va a hacer ninguno. Además hay que apoyar a Cantero (por Javier), el presidente de Independiente, y a otros directivos que dan batalla. El Gobierno debería darles garantías.

–Usted mencionó a Grondona como uno de los responsables, pero el presidente de la AFA es socio del Estado en la televisación del fútbol. Si antes era intocable, ¿le parece que ahora pueda cambiar esa situación?

–No coincido en la caracterización que se hace de Grondona. Su vínculo comercial con el Gobierno no lo redime. No cambió, sigue vendiendo el mismo producto que antes negociaba con TyC o Clarín. Y cuando se quedó sin alternativas aceptó asociarse con el Estado. Es como el mal menor del Fútbol para Todos que, por otra parte, hizo muy bien el gobierno de Cristina en crearlo.

–¿Cuáles son los grados de responsabilidad que usted establecería en esta problemática de la violencia en el fútbol o del fútbol?

–Hay distintos escalones. El primero se da cuando se aprieta al dirigente para sacarle prebendas. El segundo ocurre en la calle, cuando los mismos sujetos controlan los estacionamientos con la complicidad de la policía. Un tercero podría ser el que surge de la reventa de entradas de protocolo, como se da en la mayoría de los clubes. No olvidemos el caso de River, cuando se cometió el asesinato de Gonzalo Acro. Por todo esto es que no me sorprende que barrabravas del club participen en salideras bancarias. Están armados y es una forma más de conseguir dinero. Un pesado, cuanto más pesado es, será más respetado en la barra. Y seguro que se pavoneará diciendo que participó en esas salideras.

–¿Qué espera de la Justicia como damnificado del robo que sufrió?

–Voy a caer en un lugar común: que se haga justicia y que con los elementos de prueba colectados, se actúe con rapidez. En la fiscalía, cuando llamé hace un par de meses, me dijeron: Failde, ¿sabe las novedades de la causa? Y fue ahí que me informaron de dos imputados y que uno de ellos había participado en el crimen de Gonzalo Acro. Cuando fue la batalla de los quinchos, en River, denuncié al presidente Aguilar y a los responsables policiales del operativo de seguridad, incluido al ex jefe de la Policía Federal Enrique Capdevilla. En ese momento, mis compañeros legisladores me decían que estaba medio loco. Otra paradoja, ¿no? Ya son muchas y esto no es cuento.

–Que los autores de las salideras bancarias sean, en algunos casos, barrabravas de River, ¿le dio una connotación especial a lo sucedido además de su difusión?

–Que sean barrabravas de River le da más trascendencia al delito cometido, es evidente. Porque son individuos que juegan en cierto espacio de poder. Otros delincuentes se perderían en este tipo de noticias, pero ellos no. Tienen relaciones poderosas, se mueven en un ámbito donde trascienden por el fútbol.