“Me gustaría jugar en Argentina alguna vez y, en tren de elegir, quisiera hacerlo en Newell’s

junto a Messi.” Mauro Icardi, el delantero rosarino de la Sampdoria, se podrá dar el gusto con relativa rapidez: Alejandro Sabella va a convocarlo a la Selección Argentina antes de que terminen las Eliminatorias. “Ya cumplí mi primer sueño en la vida, que era ser futbolista. Los otros me los reservo para que también se cumplan”, dijo desde Italia.

Hincha de Newell’s, Icardi nació el 19 de febrero de 1993 en Rosario, llegó en 2008 a Barcelona y en enero de 2011 se incorporó a la Sampdoria. Se puso la camiseta argentina en el seleccionado Sub-17 en 2009, y su club le negó la posibilidad de incorporarse al Sub-20 que jugó el último Sudamericano, en enero.

“Mi encuentro con Sabella fue muy positivo, pero él no tenía que convencerme de nada. En esa charla se establecieron algunas premisas que espero se cumplan, como la posibilidad de integrar próximas listas de convocados a la Selección”, apuntó. Icardi, formado futbolísticamente en La Masía del Barcelona, fue tentado por el entrenador del seleccionado de Italia, Césare Prandelli, para sumarse a la escuadra azzurra.

“No fue difícil decidir entre mi país e Italia, porque soy argentino y sé muy bien dónde quiero jugar –afirmó–. Sé muy bien que Argentina tiene grandes jugadores en ataque, pero mi perfil es distinto del de ellos y eso me da más oportunidades de estar en el equipo”, analizó. “Siempre dije que mis características son parecidas a las de Gabriel Batistuta. Ojalá pueda conseguir tantos logros deportivos como él.”

“Ahora sólo pienso en jugar y crecer en la Sampdoria. Después, el tiempo dirá”, sostuvo Icardi, que nunca jugó al fútbol en la Argentina. “Cuando yo tenía seis años, mis padres decidieron salir del país para buscar nuevas oportunidades de vida y eso me permitió en su momento llegar a La Masía, que es una de las mejores escuelas de fútbol del mundo.” El club catalán se reservó el 15 por ciento de la propiedad de su pase, ante la eventualidad de que Sampdoria lo transfiera.

“Durante los años que estuve ahí aprendí mucho. Y al fútbol italiano, a pesar de ser muy físico, me pude adaptar muy bien, porque al ser muy potente, cuando tengo espacios creo mucho peligro”, describió.