El protocolo indicaba que era una entrega de premios en el Senado bonaerense. Pero antes, se celebraría un homenaje a los deportistas desaparecidos. Sin solemnidades y con cierta informalidad, el acto que se realizó en La Plata reunió bajo un mismo techo a un grupo de Madres de Plaza de Mayo y al director técnico de Gimnasia, Pedro Troglio; al vicegobernador Gabriel Mariotto y al campeón argentino de fisicoculturismo ciego, Luis Gigena, uno de los más aplaudidos. Unas quinientas personas, acaso más, la mayoría atletas activos o retirados, completaban el amplio y distinguido salón de lo que antes fuera el Banco Hipotecario de 7 y 49, y ahora es el anexo de la Cámara alta.

La iniciativa del senador del Frente para la Victoria, Gustavo Oliva, presidente de la Comisión de Cultura, Deportes, Ciencia y Técnica –toda una diversidad temática–, siguió los moldes del ceremonial habitual. Un locutor abrió el acto desde un atril, se cantó el Himno y las presentaciones de rigor no se pasaron por alto. Pero los breves discursos, matizados con la lectura del poema “Los canarios románticos” (un homenaje a los 19 jugadores de rugby desaparecidos del club La Plata), del poeta y abogado Julián Axat, y la entrega de diplomas a los deportistas bonaerenses destacados, se dieron en un ambiente descontracturado.

“Es un placer compartir este lugar con las Madres de Plaza de Mayo. Es un gusto y un orgullo estar con ellas”, dijo conmovido Troglio, quizá más por la presencia de sus pañuelos blancos que por la distinción que recibió. Herenia Martínez de Sánchez Viamonte, la mamá de Santiago, un rugbier desaparecido, estaba entre ellas. Unos quince intendentes del interior de la provincia de Buenos Aires seguían con atención el acto desde la primera fila. Todos ellos acompañaban a los deportistas de sus respectivos distritos que recibieron cada uno un diploma. En total: 140.

Cuando el conductor del acto mencionó la presencia de Mariotto, el vicegobernador bromeó. “Parece la voz del estadio”, le dijo al público, por la entonación que le dio a su nombre. Entre el público, Troglio identificó y saludó desde el escenario a José María “Pampa” Calvo y Fernando Moner, dos futbolistas premiados; el ex Boca de Salliqueló y el ex San Lorenzo de Mercedes. También estaba el olavarriense Hugo Alves, aquel campeón mundial juvenil de 1979.

El acto se prolongó hasta bien entrada la tarde. Antes, los sucesivos aplausos de reconocimiento a los deportistas desaparecidos bonaerenses habían captado la atención de todos los presentes cuando se pasó un video. El breve documental, con sus fotografías y gráficos de las trayectorias de cada uno, fue seguido en respetuoso silencio. Los editores incluyeron una entrevista a Araceli Roca, la hermana de Hernán, medio scrum de La Plata Rugby asesinado por la Triple A el 28 de marzo de 1975. Un sinfín de nombres, casi todos del club de Gonnet, señalan la dimensión de la tragedia que retrataban las imágenes.

Troglio se interesó en el libro Deporte, desaparecidos y dictadura que describe las historias de los militantes políticos secuestrados y torturados por el régimen del ’76. Un funcionario de General Lamadrid agradeció las palabras de reconocimiento para la tarea social de Diego Rivada, ciudadano destacado del lugar e hijo de Carlos Alberto, un ex futbolista desaparecido de Tres Arroyos. El secretario de Deportes bonaerense, Alejandro Rodríguez y el senador Oliva, reivindicaron la memoria de los atletas secuestrados y asesinados por la dictadura. Mariotto remarcó que “el Estado no sólo tiene que estar con los que triunfan”. Por cierto, se notó en un acto donde fueron premiados deportistas de bajo perfil de setenta partidos bonaerenses. Y, por sobre todo, se visibilizó una vez más a los atletas desaparecidos que, como aquellos, acunaron sueños semejantes en una cancha de rugby o sobre una pista de atletismo.

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