Vie 11.07.2003

DEPORTES  › ESTUVO CON KIRCHNER, DIO UNA CLINICA Y YA SE FUE

Manu en una visita relámpago

El gesto más destacado fue la visita al Presidente en la Casa Rosada. Les regaló camisetas de los Spurs a Kirchner y Scioli. Después dio una clínica para ochenta pibes en Vélez y partió a Italia.

› Por Ariel Greco

Emanuel Ginóbili vivió un día a full en su fugaz paso por Buenos Aires. Tras haber llegado el miércoles por la noche para inaugurar la primera oficina de la NBA en el país, ayer bien temprano brindó una conferencia de prensa en la que dejó en claro que no quiere ningún privilegio para integrar la Selección Argentina, luego se entrevistó con el presidente Néstor Kirchner, más tarde participó de una clínica con un grupo de chicos en Vélez y finalmente abordó un avión para viajar a Italia, donde filmará un comercial para la firma deportiva que lo patrocina. Todo en menos de 24 horas, con el plus de haber conseguido dos “refuerzos” para San Antonio, que no serán ni Jason Kidd ni Jermaine O’Neal: en su visita protocolar a la Casa Rosada, Manu les regaló a Kirchner y a Daniel Scioli una camiseta de los Spurs con sus nombres en la espalda...
“Me van a cargar en Santa Cruz, donde nunca fui titular y ahora tengo una camiseta de la NBA.” Con mucho humor, el presidente Kirchner, que de acuerdo con sus allegados era un pivot mediocre en su juventud, recibió a Ginóbili en la Casa de Gobierno, en un encuentro muy cordial. “Emanuel, gracias por lo que hiciste y lo bien que te fue. Sos un ejemplo. Es un orgullo para todos los argentinos que un deportista, con todos los problemas que nos tocan vivir, pueda sobresalir. Ojalá que muchos padres argentinos puedan ver a sus hijos logrando cosas como las que hiciste”, afirmó Kirchner.
Tras los elogios del Presidente, el bahiense agradeció las palabras y le obsequió una musculosa oficial de su equipo, con el número uno y el nombre impreso en la espalda. Lo mismo hizo con Scioli, a quien le regaló la número dos. “Agradezco mucho al señor presidente y al señor vicepresidente por recibirme. Aprovecho este momento para saludar a los 30 o 40 millones de argentinos porque sé del apoyo que me brindaron”, comentó Manu. Kirchner devolvió gentilezas y lo definió como un “referente del deporte y la juventud argentina”, mientras le entregaba un plaqueta. “Y que esto se entienda bien, que no se crea que es una actitud patriotera, porque Ginóbili marca un rumbo para muchos que trabajan anónimamente dentro y fuera del deporte”, remarcó el Presidente, que se autocalificó como un basquetbolista frustrado. “Siempre fui el número 12 (último suplente del plantel), pero no me faltaba entusiasmo.”
Un rato antes de la visita protocolar, Ginóbili insistió con sus ganas de participar en el equipo que buscará un lugar en los Juegos Olímpicos de Atenas, sobre todo por las complicaciones que se le generarán en las próximas temporadas para sumarse a la Selección. “Si se lo mira fríamente, el año para tomarme un descanso era éste. Es en el que me juego mi carrera, en el que quedo libre y en el que tengo que definir mi futuro. Pero dejó de lado, porque para mí, para mis compañeros y creo que para todo el país, estos Juegos Olímpicos son demasiado importantes como para saltarlos. Por eso ni lo dudé. Después puede ser un buen momento para tomarme un descanso. Es muy pronto para pensar en el 2005, pero no sería una idea desacertada”, indicó Ginóbili, dejando una puerta abierta para, al menos, una impasse para su presencia en la Selección.
El principal inconveniente de su exitoso presente en la NBA es que está sometido a un desgaste mucho mayor que al de cualquier jugador, pero Ginóbili no se queja de su agitada agenda. “Jugué más de 100 partidos, cuando lo normal en cualquier liga no son más de 70, por eso es lógico que haya tenido más descanso. Pero soy uno más del plantel y no quiero ningún privilegio. Me tomé dos semanas de vacaciones y creo que son suficientes. Cuando vuelva de Italia descansaré unos días en Bahía Blanca y a partir del 24 me pondré a disposición de Magnano para tratar de volver a ser parte del equipo homogéneo que fuimos en el Mundial”, remarcó el escolta.
Por la tarde, como último evento de la gira por Sudamérica organizada por la NBA, el bahiense, junto con el brasileño Nené Hilario y el asistente de los Spurs, Mike Budenholzer, dictó una clínica en Vélez en la que participaron ochenta chicos, que tuvieron el privilegio de pasarle la pelota, recibir una indicación o tirar al aro ante la mirada de su ídolo. Con mucha predisposición y muy involucrado en lo que explicaba, Ginóbili disfrutó tanto como los pibes: “Disfruten del juego, háganles caso a sus entrenadores y practiquen mucho”, fue su último consejo de despedida, antes de irse volando, tal como había llegado.

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