DEPORTES › USAIN BOLT Y UNA DURA PRUEBA EN MOSCú
Sin los rivales más fuertes, Gay, Powell o Blake, está obligado a ganar, en medio de la polémica avivada por los últimos antidopings positivos entre los velocistas. Bolt quiere vencer para alejar sospechas.
› Por Pablo Vignone
El hombre más veloz del mundo quiere ser más rápido todavía. Frente a una oposición debilitada, el jamaiquino Usain Bolt planea ganar los 100 metros llanos del Mundial de Atletismo, el domingo, en Moscú, con una marca digna de un record mundial. En medio de la polémica abierta en torno de los atletas de velocidad, después de que saltaran los dopings positivos del estadounidense Tyson Gay y del jamaiquino Asafa Powell, un tiempo llamativo de Bolt podría abrir más sospechas sobre la limpieza de los métodos con que los velocistas están consiguiendo sus marcas. El presidente de la Federación Internacional (IAAF), el senegalés Lamine Diack, defendió ayer la reputación de su máxima estrella. “Usain Bolt está limpio” aclaró.
Con cinco atletas jamaiquinos en problemas después de haber dado positivo sus antidoping, entre ellos Powell y la mejor velocista del país, Veronica Campbell-Brown, las versiones en torno de Bolt crecieron en los últimos tiempos, una vez que el fantasma del doping generalizado que desde hace años aqueja al ciclismo parece haberse posado también con fiereza sobre la actividad atlética, nunca libre de total sospecha desde el positivo de Ben Johnson en los Juegos de Seúl de 1988. “Yo sé que estoy limpio”, dijo Bolt una semana atrás en Londres, luego de ganar con cierta comodidad –y luego de una partida defectuosa– los 100 metros en el primer aniversario de los Juegos 2012, en el estadio Olímpico de Stratford.
“Sé que en Moscú no solamente tengo que vencer –afirmó en la capital rusa–. No tendré un buen número de rivales, así que debo correr realmente rápido para despejar cualquier duda.” Esas dudas no sólo se refieren a la oposición ausente; además de Powell y Gay, tampoco estará el lesionado Yohan Blake, que lo venció en dos ocasiones durante la última temporada. Las dudas rondan los métodos.
Ese “realmente rápido” está directamente vinculado con la posibilidad de batir un record mundial. “Sí, quiero hacer algo especial en Moscú. Dependerá de la pista, del clima, del viento, pero si logro una buena partida y corro bien, todo es posible. Quiero correr rápido y mostrarle al mundo lo que puedo hacer”, señaló.
Bolt ya ganó seis medallas de oro olímpicas, pero sus mejores marcas están fijas desde 2009, cuando tenía 22 años. Fue entonces en los mundiales de Berlín que marcó 9s58 para los 100 metros y 19s19 para los 200 metros. Dos años más tarde, en los mundiales de 2011, en Corea del Sur, fue vencido por Blake en los 100 metros luego de una partida fallida. “Ese fue el momento más triste de mi carrera deportiva, porque sabía que la victoria era mía –reconoció–. Estaba en gran forma y me ganó la ansiedad”, por esa razón, ahora, sin un rival de fuste, la presión se multiplica.
El veloz jamaiquino está convencido de que con marcas impresionantes puede demostrar su limpieza y desmentir las versiones. En su cabeza baila el deseo de bajar los míticos 19 segundos para los 200 metros. “Que digan lo que quieran, rompí mi propio record en cada uno de los eventos en los que competí durante diez años. La mejor manera de ayudar al atletismo es entrenarme duro y correr rápido”, asegura.
Como el objetivo de Bolt es de mediano plazo, ya que sueña con volver a ganar los 100 metros, los 200 y los 4x100 en los Juegos de Río, en 2016, cuando tenga 30 años, el entrenamiento que dispuso su coach, Glenn Mills, “apunta menos a los tiempos que a ganar –explica–. Desde que le confesé que mi sueño es ir a Río y ganar otras tres medallas, nuestro objetivo ha quedado bastante claro. Por eso, por ahora sólo nos concentramos en las carreras de 100 y 200 metros”.
“Ganar tres medallas en Río significaría entrar en una liga de leyenda junto a Muhammad Ali y a Pelé” señala Bolt, que idolatra a Lionel Messi pero que, por lo visto, no lo considera entre los más grandes de la historia del deporte. “Por eso es que estoy dispuesto a entrenarme tan duro y a afrontar todos los sacrificios de un atleta limpio.” Esa es la carrera más dura que enfrenta Bolt: su meta no es sólo ganar, sino demostrando que no hace trampas para conseguirlo. “Estoy listo para hacerlo, como siempre”, asegura.
“Bolt está limpio. Y la mayoría de los velocistas que corren por debajo de los diez segundos también lo están”, afirmó el presidente Diack, embarcado en una campaña para evitar que los últimos controles positivos empañen la perspectiva de los mundiales de Moscú. “El atletismo no se ve dañado con cada caso de doping, sino que se hace más fuerte”, dijo Diack a la agencia DPA. “Debemos continuar sin temores la lucha contra el doping, aunque sea imposible ganarla alguna vez.” Diack criticó indirectamente a Powell y a Gay: “Aquellos que generan malas noticias dan forma a un panorama irreal de nuestro deporte”, afirmó. Lo cierto es que si salta en Moscú en un caso similar al de estos dos atletas, la mancha será muy oscura y, sobre todo, indisimulable.
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