La noche empezó bien en Sarandí, con fuegos artificiales para que los locales festejaran la obtención de la Copa Argentina y el pasaje a la Libertadores. Sin embargo, el partido entre Arsenal y Gimnasia terminó de la peor manera: con una batalla campal entre futbolistas y asistentes de ambos equipos que dejó como saldo cinco expulsados por el árbitro Darío Herrera, dos del conjunto local y tres del visitante. El partido, que se había jugado bien y sin violencia, finalizó 1-1, por lo que Arsenal dejó escapar la chance de descontarle puntos al líder Newell’s. Este fue el segundo encuentro de la semana, después de los incidentes entre los jugadores de Boca y Godoy Cruz el fin de semana pasado en Mendoza, que terminó a los tortazos.

Una pelota pinchada según el relato de los jugadores de Arsenal desencadenó el espantoso final que encontró a los futbolistas y asistentes de ambos equipos trenzados en una batalla campal con piñas y patadas, un espectáculo realmente patético para lo que debía ser una fiesta.

Penosas fueron las imágenes finales regaladas por los protagonistas en un partido que había sido realmente entretenido y se había jugado sin roces ni violencia. Arsenal había golpeado primero a través de una jugada de pelota parada, su arma predilecta. Ejecutó Aguirre con un lindo zurdazo y Cariglio se elevó entre los marcadores del Lobo y conectó de cabeza para el 1-0, a los 17 minutos.

Los dirigidos por Pedro Troglio reaccionaron rápidamente y fueron a buscar la igualdad con insistencia. Sin embargo, la misma llegó recién a los 62, a través de una buena jugada de Pereyra. Tras el empate, ambos equipos generaron chances como para llevarse el triunfo, pero fueron los platenses los que más cerca estuvieron, con dos tiros que dieron el travesaño del arco de Marchesín.

Todo cambió ante un reclamo de los locales al árbitro, a quien le indicaban que la pelota estaba pinchada. Los jugadores platenses entendieron que era una estrategia para enfriar el momento y ahí nomás se tomaron a los golpes. La batalla duró varios minutos. Herrera, sereno a pesar del escándalo, les fue mostrando la tarjeta roja a Pérez y Aguirre, de Arsenal, y Mussis, Díaz y García, de Gimnasia.