Lionel Messi y Cristiano Ronaldo tenían bien presente desde hacía tiempo que el día de ayer marcaba el inicio de un tramo clave en su lucha por el Balón de Oro, pero la insólita entrada en escena de Joseph Blatter electriza aún más la quincena en la que se jugarán un buen puñado de votos. El Balón de Oro premia al mejor jugador del año, pero la elección se concentra en poco más de dos semanas. Según quién opine, la desconcertante actuación del presidente de la FIFA imitando a Cristiano ante un grupo de estudiantes y admitiendo su preferencia por Messi podría ensuciar la decisión de quién se queda con el galardón.

“La votación comenzó hoy (por ayer) para los capitanes y los entrenadores y se abrirá uno o dos días más tarde para los medios, hasta el 15 de noviembre”, confirmó a dpa un portavoz de la FIFA.

Así, un gol espectacular o una sucesión de buenas actuaciones desde hoy y hasta el 15 de noviembre pueden quizás aportar votos decisivos para el argentino y el portugués en una lucha que también involucra al francés Franck Ribéry, elegido mejor jugador europeo de la última temporada y vital para el Bayern Munich. Vale todo lo hecho en el año, pero a veces la imagen más reciente es la que más deslumbra. El Balón de Oro, que Messi ganó en los últimos cuatro años y que Cristiano ambiciona recuperar tras haberlo alzado sólo una vez, se entregará el 13 de enero en el Centro de Congresos de Zurich.

El ganador del trofeo es elegido con el voto de los seleccionadores nacionales de las 209 federaciones afiliadas a la FIFA, los capitanes de las selecciones y un periodista por cada uno de esos países.

Messi jugó en la noche del martes un buen partido en el 3-0 del Barcelona ante el Celta de Vigo, pero pese a su visible obsesión por lograrlo, no pudo convertir goles. Cristiano Ronaldo marcó tres tantos en la goleada de ayer 7-3 sobre el Sevilla y celebró el primero con un saludo marcial, en tanto que el Bayern Munich de Ribéry visita el sábado al Hoffenheim.

Tras los partidos de Liga de esta semana, el primer plano será tomado por los choques de selecciones, en los que tanto Portugal como Francia se juegan su presencia en el Mundial en sendos play-offs ante Suecia y Ucrania, respectivamente. Argentina, ya clasificada para Brasil 2014, jugará amistosos en los Estados Unidos y Messi estará en ellos.

Suficientes oportunidades, entonces, para lucirse e impresionar a aquellos que deben elegir. El voto se emite “por Internet mediante un sistema de seguridad”, explicó la FIFA. Nunca llegan los votos de todos y es cada federación nacional la encargada de recolectar los tres que le corresponden. Así fue que Argentina falló un par de ediciones atrás en aportar todos sus sufragios.

Si José Mourinho lanzó a mitad de año una extraña y nunca comprobada denuncia de que la FIFA favoreció a Vicente del Bosque en la elección del mejor entrenador del año, con otro portugués involucrado es de suponer que la actuación de Blatter en Oxford caldeará la elección y la ceremonia de enero. Si Messi gana por quinta vez consecutiva, el Real Madrid y Cristiano Ronaldo tendrán la respuesta servida: era una elección que no se podía ganar, si hasta el presidente de la FIFA dice preferir a Messi.

Más allá de comunicados ofendidos y cierta demagogia, a Florentino Pérez, presidente de un club que tiene a Blatter como socio de honor, el escandalete le viene a la perfección para distraer la atención de los problemas del equipo que dirige Carlo Ancelo-tti. Casi podría decirse que Pérez habrá sentido la tentación de llamar a Blatter para agradecerle.

Que el máximo responsable del fútbol mundial imitara a Cristiano Ronaldo con paso militar e insinuara que el portugués invierte más que Messi en la peluquería, no deja de ser una anécdota. En España y Portugal casi no trascendió que en su intervención en Oxford el jefe del fútbol mundial comenzó elogiando a ambos jugadores, sumó a Zlatan Ibrahimovic a esos elogios y enfatizó que el fútbol necesita de esos contrastes entre el “niño bueno” Messi y el “marcial” Cristiano.

Pero Blatter se confundió el nombre de Messi –lo llamó “Leonard” más de una vez, mucho más suizo y habitual para él que “Lionel”–, se entusiasmó en exceso con el festejo de su joven audiencia y, una vez más, se fue de boca al decir que le gustan ambos, pero “prefiere” a Messi. Fue ahí que complicó toda la elección de cara al Balón de Oro.