“¿Quién iba a pensar que se iba a enfermar Román (Riquelme) ni lesionar Fernando (Gago)?”, se preguntó ayer el técnico de Boca, Carlos Bianchi, en la conferencia de prensa previa al clásico de mañana con San Lorenzo. “A los problemas hay que afrontarlos” fue la conclusión de Bianchi ante el regreso del cuadro febril de Riquelme y la confirmación del desgarro de Gago en el bíceps femoral derecho, el cuarto que el volante de la Selección Nacional sufre en el año.

“Una semana atrás saqué a Riquelme y a Gago pensando en el partido del domingo, y son los dos que se caen”, se lamentó nuevamente Bianchi, que no contará con dos de los titulares indiscutidos en su once ideal, equipo que pocas veces pudo formar en el campo de juego. “Sabemos que lo ideal es tener una alineación que juegue cotidianamente. Yo tengo que encontrar las soluciones para esto.”

Ante las ausencias de Riquelme y Gago –tendría 21 días de recuperación, por lo que se perdería la gira de la Selección Argentina por Estados Unidos–, Bianchi eligió guardarse el equipo que visitará el Nuevo Gasómetro hasta último momento. “Concentro veinte jugadores. A medida que pasen las horas veré cuál es la mejor opción. Faltan 48 horas para el partido y eso es mucho”, consideró.

Nuevamente condicionado en el armado del equipo por lesiones, Bianchi consideró que Boca no está lejos de obtener el título del Inicial, que clasificaría al equipo xeneize a la Copa Libertadores 2014, aunque aseguró que sería ilógico que eso suceda. “Si Boca sale campeón sería algo que no es lógico, porque es un equipo que no pudo tener equilibrio en su formación”, puntualizó.

De todas maneras, analizó fríamente lo que se viene: “Todavía nuestra identidad no está definida porque siempre hay un equipo distinto, pero tenemos que sumar de a tres porque de a uno no nos sirve. Sabemos que San Lorenzo es un equipo muy duro y que sabe muy bien a lo que quiere jugar”.