El portugués Cristiano Ronaldo volvió a demostrar la clase de futbolista que es al llevar, con calidad y goles, a Portugal al Mundial de Brasil luego de un vibrante choque en Suecia en el que resolvió con enorme categoría su duelo personal con el local Zlatan Ibrahimovic. Será la de 2014 la sexta participación portuguesa en una Copa del Mundo.

El jugador del Real Madrid había marcado apenas cuatro goles en los diez partidos de las Eliminatorias disputados por su selección, y se lució señalando los cuatro goles de su equipo en los dos partidos del repechaje ante los suecos. Un tiro libre suyo le había dado el triunfo en Lisboa al equipo que dirige Paulo Bento, y ayer se destapó con una actuación sensacional, marcando los tres goles del triunfo 3-2 en Solna, en circunstancias adversas.

Es que luego de haber abierto el marcador, vio con asombro cómo Ibrahimovic daba vuelta el resultado, con un cabezazo primero y luego con un furibundo remate para cobrar una falta. Cuando Suecia presionaba por el tercer tanto, que le habría dado el pasaje a Brasil, Ronaldo apareció con clase para correr media cancha y definir con un zurdazo cruzado. Si el 2-2 era suficiente, el astro luso no se guardó nada, y anotó el tanto del triunfo con un derechazo alto, el número 47 que marca con la camiseta de la Selección: sólo Pauleta ha convertido tanto goles.

Toda la arrogancia de su personaje saltó a la cancha para festejar la innegable condición de su talento. Con los 66 goles que lleva anotados en el año, entre el Real Madrid y su selección, la actuación de ayer bien pudo valer el codiciado Balón de Oro que Lionel Messi, ahora lesionado, ganó de manera consecutiva en las cuatro últimas temporadas. “No vivo obsesionado por ese premio –declaró ayer tras el triunfo–. Cada año demostré lo que soy. Hice 40 o 50 goles por temporada y eso no está al alcance de todos.”