Más alto, más largo, más difícil. El emblema del sexto Dakar que se disputa en Sudamérica, y que celebra su largada simbólica esta tarde en el Monumento a la Bandera de Rosario, promete ser el más duro de cuantos se llevaron a cabo fuera de Africa. Con unos nueve mil kilómetros, aproximadamente, de recorrido, con más de cinco mil kilómetros de velocidad pura, el rally más duro del mundo retoma parte de su esencia y ofrecerá etapas extenuantes como nunca antes en estas tierras para las casi 450 tripulaciones que se le animan al terreno y al calor. Con 61 argentinos tomando parte de la prueba que genera una enorme expectativa en el interior de la República, este Dakar 2014 puede transformarse en una de las ediciones épicas del historial que arrancó en 1979.

Esta vez es Rosario como antes fueron Buenos Aires y Mar del Plata las cabeceras del Dakar, que vuelve a partir desde la Argentina buscando el calor popular que no tuvo el año pasado en Lima (Perú). “El objetivo sigue siendo defender el Dakar en la Argentina y en Sudamérica”, afirmó el ministro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer. Once provincias argentinas verán pasar la caravana, que dejará el país a fines de la semana próxima rumbo a Bolivia y Chile. Recién allí, con la mitad de la prueba concluida y, seguramente, menos del 50 por ciento de participantes todavía en competencia, comenzará realmente la lucha por el triunfo en cada una de las cuatro categorías participantes.

La más nutrida y, desde ya, la más importante, es la de los autos, que tiene al formidable equipo Mini (con 150 personas trabajando en 12 autos) como protagonista principal. El francés Stephane Peterhansel, once veces ganador del Dakar y triunfador de las últimas dos ediciones en la división, es el máximo aspirante, aunque el ingreso reciente e inesperado al equipo del príncipe catarí Nasser al-Attiyah, vencedor en 2011 y uno de los pilotos más populares del Dakar para la afición argentina, lo tiene un poco contrariado. La rivalidad interna será motivo de atención. El español Nani Roma es el tercero en discordia y el equipo es tan grande que hasta tiene lugar para tres argentinos: Orly Terranova (quinto en 2013), el campeón argentino de rally Federico Villagra, que se estrena en el Dakar, y el mendocino Adrián Yacopini.

Los Mini son los candidatos, pero un par de rivales pueden sorprenderlos. El español Carlos Sainz (ganador en 2010) correrá un buggy 4x2 del equipo francés SMG, con buenas chances de dar lucha en los tramos rápidos; el sudafricano Giniel de Villiers, vencedor en 2009 y que no se baja del podio desde 2011, vuelve al comando de su confiable Toyota 4x4: será animador decisivo en la segunda semana del rally.

En otro plano, un poco más discreto, se encuentran el explosivo estadounidense Robby Gordon (tercero en 2009), que cambió su emblemático Hummer por un buggy con motor Chevrolet; y el mendocino Lucio Alvarez (quinto en 2012), que dejó la Toyota por una Ford Ranger construida en Detroit y preparada en Sudáfrica, aunque sin apoyo de la filial argentina de la marca. La tensión siempre existente entre los mendocinos del rally, Alvarez y Terranova, volverá a ser una prueba aparte en el Dakar: “De eso no voy a hablar –dijo ayer Alvarez–. Me llevo bien con el 99,9 por ciento de la gente del Dakar, pero con él no tengo relación”. Más candidato este año, Terranova tuvo una mirada más amplia. “Si llego al final sin errores que reprocharme, estaré satisfecho.” La atención de los hinchas argentinos también estará depositada sobre las actuaciones de pilotos como Juan Manuel Silva, Emiliano Spataro o José Luis Di Palma.

También habrá guerra en la división de motos. Es la primera vez, desde que el Dakar es sudamericano, que Cyril Desprès y Marc Coma no compiten para el mismo equipo, desde que el francés (vencedor en cinco ocasiones, las últimas en 2012 y 2013, y que no se baja del podio desde hace una década) se fue a Yamaha y dejó al catalán (ganador en tres ocasiones entre ellas 2009 y 2011, y ausente en 2013) como piloto número uno de KTM. Ahora el encono no será sordo sino directo y, sin duda, habrá menos cortesías en el camino. “Con la salida de Cyril, el equipo ganó en humanidad y en orden”, se despachó ayer Coma. El chileno Francisco “Chaleco” López (KTM) aspira al podio, con el argentino Javier Pizzolito (Honda) queriendo clasificarse entre los cinco primeros.

Entre los cuatriciclos, todo gira en torno de Marcos Patronelli, campeón del Dakar en 2010 y 2013, y gran referente de la divisional en la que los sudamericanos son amplia mayoría. “Va a ser un Dakar largo y cansador”, pronostica el piloto de Las Flores.

El Dakar 2014 culminará en dos semanas en Valparaíso (Chile). Si uno de cada cuatro competidores alcanza a ver la bandera a cuadros, se podrá decir que ese pronóstico se cumplió.