La delegación argentina obtuvo su segunda medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, mérito del santafesino Juan Ignacio Cerra en lanzamiento de martillo, y también una de plata, gracias a la puntería de la tiradora bonaerense Melisa Gil en tiro al platillo. La saltadora Solange Witteveen y el remero Santiago Fernández podrían darle hoy a la Argentina dos nuevas medallas.
Cerra, un santafesino de 26 años que desistió de la oportunidad de representar a Italia, se impuso en la competencia de lanzamiento de martillo realizada en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte de Santo Domingo, con una marca de 75,53 metros.
Cerra es el primer atleta masculino de la Argentina que consigue una medalla de oro panamericana en 40 años. Los últimos habían sido Juan Carlos Dyrzka, en 400 metros vallas, y Osvaldo Suárez, en el maratón, ambos durante los Panamericanos de San Pablo, en 1963. Las atletas argentinas, en cambio, vienen de ganar sus últimas medallas doradas panamericanas en los Juegos de Winnipeg 1999, de la mano de Witteveen y Alejandra García.
El éxito del lanzador argentino se precipitó sobre el final de la prueba, ya que marchaba segundo detrás del estadounidense James Parker, y logró la marca que le permitió el oro en la última ejecución de la jornada. Detrás de Cerra, la clasificación se completó con Parker, que consiguió un registro de 74,35 metros, y John McEwen, también americano, dueño de una marca de 71,49.
“No disfruté la prueba, la sufrí. No había ejecutado los lanzamientos con buena técnica, pero por suerte pude conseguir una medalla para la Argentina”, expresó Cerra tras su consagración.
“Estuve muy nervioso durante la final. Sabía que podía hacer una marca que me diera el oro porque tuve esos registros en mis últimas pruebas en Italia, pero recién lo logré con el último intento”, agregó.
Cerra, medalla de bronce en Winnipeg ‘99, ostenta el record sudamericano en la especialidad con un registro de 76,42 metros, obtenido este año en Barquisimeto.
El santafesino Adrián Marzo, el otro argentino que participó de la final de lanzamiento de martillo (concluyó sexto, con 68,65 metros), se manifestó “feliz” por la consagración de su compatriota y destacó su “talento y tenacidad” porque “no baja los brazos si le queda un lanzamiento por ejecutar”.
Casi en simultáneo, la bandera argentina flameó en otro podio, el de la modalidad Skeet (tiro al platillo) de tiro. La ganadora de la plata panamericana fue Melisa Gil, una tiradora bonaerense que vive en Avellaneda y tiene apenas 18 años. Logró 91 puntos en la serie final de la especialidad, por detrás de la estadounidense Brandie Neal, dueña del oro, con 93. El tercer escalón del podio lo ocupó la estadounidense Linda Conley, que también tuvo un registro de 91 puntos, pero perdió un desempate con la argentina.
“Me afectó mucho el calor que, con el peso del chaleco, me provocó mucho desgaste físico. Además estaba nerviosa. Pero mi entrenador –el padre– me traía constantemente agua con azúcar y así pude salir adelante. Estoy muy contenta”, explicó Gil.
La juvenil medallista no está acostumbrada a la alta competencia, ya que en la Argentina es la única mujer que practica la especialidad y cuando participa en los torneos masculinos lo hace bajo la categoría de “acompañante”, que significa que no se la computa para la confección de la clasificación oficial.
La cosecha puede proseguir hoy cuando el remero Fernández tome parte de la final de un par de remos cortos que se llevará a cabo en el Lago Rincón. Por su parte, Witteveen saldrá a buscar su medalla en la final de salto en alto, a las 19.45 (televisa TyC Sports). La atleta argentina reconoció que la prueba será sumamente difícil y que sus principales rivales en la búsqueda de una medalla serán la dominicana Juana Arrendel, la canadiense Nicole Peterson y la mexicana María Rifka.
Witteveen y Arrendel (quien, además de ser uno de los mayores ídolos deportivos de la República Dominicana, es sargento en el ejército nacional) vivirán una competencia particular. En los Juegos de 1999 de Winnipeg ambas llegaron a la final y la victoria le correspondió a la dominicana. Sin embargo, Arrendel dio positivo en el control antidoping posterior a la competencia y entonces la medalla dorada quedó en poder de la argentina.