Si en la previa del Mundial se invitaba a marcar los tres partidos atractivos de la primera fase, independientemente de lo que después deparen los resultados y los desarrollos, el Italia-Inglaterra de ayer en Manaos seguro que no se bajaba de ese podio, junto con el ya histórico Holanda 5-España 1 de hace dos días y el próximo Alemania-Portugal. Y a pesar de la infernal humedad y temperatura amazónica, italianos e ingleses confirmaron esa idea, con un partido espectacular, que se decantó en favor del conjunto de Cesare Prandelli por su mayor efectividad frente al arco rival. El 2-1 en contra resultó un castigo demasiado grande para Inglaterra, que ahora tendrá otro compromiso decisivo ante Uruguay el próximo jueves.

El desarrollo fue de menos a más. Los primeros minutos resultaron de estudio, con dos equipos que no querían cometer errores. Pero por características, muy pronto ambos conjuntos dejaron de lado esa postura y asumieron una actitud más acorde con su nueva identidad. Entonces, la pulseada quedó planteada: Italia apostaba a su media cancha, con el manejo de Pirlo y Verratti. En cambio, los ingleses se la jugaban por las bandas, con Sterling, Welbeck y hasta Rooney cuando se tiraba para esa zona de la cancha. A esa altura, eran dos boxeadores que confiaban más en su pegada que en esquivar los golpes adversarios.

Y el que pegó primero fue Italia, con una genialidad de Pirlo, que sin tocar la pelota dejó de cara al gol a Marchisio, que no falló y sometió a Hart con un remate cruzado, junto al palo derecho. Inglaterra no se amilanó, con un notable desborde de Rooney, para la entrada franca de Sturridge, que no falló para marcar la igualdad. Dos minutos y todo otra vez como al principio.

Con ese desarrollo, no resultaba extraño que las chances comenzaran a rondar los arcos. Sterling lo tuvo con un remate desde afuera, aunque la pelota salió pegada al palo izquierdo de Sirigu. Italia respondió con Balotelli, tras un notable pase de Pirlo, pero su chanfle por encima de Hart fue salvado en la línea por Jagielka, con un cabezazo milagroso. Y más tarde, Candreva sacó un potente disparo que devolvió el palo. Los dos llegaban, los dos se mostraban ambiciosos.

De a poco, parecía que Inglaterra podía imponer su dinámica. Lucía más agresivo, arrimaba más peligro y tenía a un Rooney en un nivel superlativo, bien acompañado por sus compañeros de ataque. Del otro lado, Italia dejaba la sensación de haber sentido más el desgaste. Sin embargo, Candreva desbordó como un viejo puntero derecho y envió un centro perfecto al segundo palo, donde Balotelli la ganó de arriba a Cahill y metió su cabezazo goleador.

Con la ventaja, Italia se retrasó unos metros y pudo disimular el agotamiento, al tiempo que a Inglaterra le quedó la responsabilidad de cargar con el trámite del juego. Lo hizo bien, tuvo llegadas ante Sirigu y mereció alcanzar el empate. Sin embargo, el festejo fue todo italiano, en un partido que estuvo a la altura de sus antecedentes y que dejó a Inglaterra al borde del nocaut.