DEPORTES › LO QUE VA DE LOS URUGUAYOS A LOS BRASILEÑOS
› Por Eric Nepomuceno
Desde Río de Janeiro
La verdad es que nada quedó definido para ingleses y uruguayos, pero el de ayer ha sido quizás el mejor, más electrizante y dramático juego del Mundial hasta ahora. Un clima de final, el de ayer. Inglaterra hizo un muy buen partido, Rooney por fin logró anotar por primera vez (un golazo) en un Mundial, luego de un bello pase de Johnson. Pero al otro lado había un equipo mordido por la derrota frente a Costa Rica y que contó –al contrario del partido inicial– con Luis Suárez. Y eso cambió todo. La garra uruguaya se mostró presente todo el tiempo, y muchos brasileños se asombraron cuando vieron a Alvaro Pereira, después de recibir un rodillazo en el rostro y caer desarticulado, negarse a acatar la determinación del médico y salir de la cancha. Por alguna razón, el técnico Tabárez accedió y lo dejó seguir. A los tres minutos, Pereira ya se mostraba plenamente recuperado, con arranques veloces.
Además de la victoria y del retorno estupendo de Suárez, que entró a la cancha luego de una operación en la rodilla realizada 29 días antes, el resultado de ayer vino cercado de un detalle importante. Por primera vez desde 1970 (cuando vencieron 1-0 a la entonces existente Unión Soviética), los uruguayos derrotaron a una selección europea en Copas del Mundo. Tuvieron que esperar largos 44 años, pero sin duda valió la pena.
Cuando empezó el partido, un gran cartel erguido por la hinchada uruguaya decía God Save the King (“Dios salve al rey”), escrito sobre la imagen de Suárez. Bueno, el verdadero dios de la cancha correspondió a la provocación y anotó dos golazos, especialmente el segundo.
Nada está definido en el grupo, pero Inglaterra está más cerca del aeropuerto para agarrar un vuelo de regreso que Uruguay. Todo dependerá de lo que ocurra entre Italia y Costa Rica. Sin una victoria de los italianos, Inglaterra estará fuera del Mundial.
Mientras, crecen las especulaciones sobre qué cambios hará Luiz Felipe Scolari, Felipao, en la selección brasileña. Aunque no le guste cambiar las formaciones, se considera que es inevitable alterar el equipo que entrará en la cancha contra Camerún el lunes.
Dos de los titulares tuvieron un desempeño –tanto contra Croacia como contra los mexicanos– muy por debajo de lo esperado: Paulinho y Fred. Esa opinión general, que va de la hinchada a los integrantes de la comisión técnica, no es refrendada ni desmentida por Felipao. Cuando en la conferencia de prensa que siguió al empate con México alguien le preguntó por cambios, la respuesta fue dada en el mejor estilo del entrenador: “Armo el equipo que creo que tengo que armar”. Y ya.
Paulinho no pasa por una buena fase. En los amistosos inmediatamente anteriores al inicio del Mundial tuvo un desempeño flojo frente a Serbia. En el primer partido, contra Croacia, sobre el segundo tiempo fue sustituido por Hernanes. Si hace un año, durante la Copa de las Confederaciones, Paulinho era considerado “de importancia vital” para Felipao, la situación ahora es otra. En aquella ocasión mostró gran capacidad para ayudar en la defensa, buenos pases y facilidad para llegar al arco adversario. Pero ahora no hizo nada de eso. Contra México erró una gran cantidad de pases.
La situación de Fred, ídolo del Fluminense y figura de proa en la conquista de la Copa de las Confederaciones, tampoco es de las más confortables. Se mueve en la cancha menos de lo esperado, lo que facilita el trabajo de los defensores adversarios y perjudica el trabajo de Neymar.
Hay otro problema: Hulk, que no entró a la cancha contra México, deberá enfrentar a Camerún. Pero a más de un interlocutor Felipao dejó clara su irritación con el jugador.
Para el entrenador, el problema es otro: a Hulk le falta confianza a la hora del juego. El jugador se queja, de manera un tanto vaga, de una “incomodidad” en el muslo izquierdo. El equipo médico de la selección sugirió al entrenador someterlo a una serie de pruebas y exámenes, cuyos resultados indicaron que no hay ninguna lesión. Tan pronto fue informado, Felipao determinó que el jugador no entraría a la cancha junto al equipo titular. “Hulk no disputó el partido por decisión mía, no de los médicos”, espetó al reportero que le preguntó las razones por las cuales el jugador permaneció en el banco durante todo el partido.
Así las cosas: uruguayos celebrando a todo dar, ingleses lamentándose sin parar, y los brasileños, inquietos y tensos. Cosas del Mundial.
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