El presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, asumió como un “error” la presencia de barrabravas en el Monumental y aseguró que los echará del club, al igual que a los integrantes de la facción disidente que ingresaron por la fuerza y sean identificados como socios de la institución. El club sancionaría a cerca de 250 socios, según se rumoreaba anoche. La Justicia tiene tres imputados por el hecho a la espera de que sean detenidos, luego de haberlos identificado en los videos de las cámaras de seguridad del club. Pero el secretario de Seguridad, Sergio Berni, denunció que “River presentó la denuncia sin ningún nombre y tres de las cinco cámaras de seguridad”.

El dirigente advirtió que si los violentos “no van presos, transformamos en Policía y Justicia al club”. “De todo aquel que tengamos la prueba fehaciente y la Justicia nos diga, lo echo del club”, sostuvo D’Onofrio, en referencia a Héctor “Caverna” Godoy, uno de los líderes de los Borrachos del Tablón, y a otros dos barras del grupo que actualmente posee el control de la tribuna, quienes tienen derecho de admisión pero son socios activos y se encontraban en la confitería del club y utilizan las instalaciones.

“Vamos a accionar contra estas personas”, remarcó D’Onofrio en relación con “todos aquellos que sean identificados”, tanto de la barra oficial como de la facción disidente, y pidió a la Justicia “que haya castigo”.

El titular del club de Núñez negó que el ataque de la facción disidente a Godoy y otros dos barras haya sido por el reparto de entradas para el Superclásico de hoy, al afirmar que los hinchas todavía no tenían sus tickets. Los atacados son capos de la barra oficial, algunos de ellos como Godoy, detectados meses atrás con decenas de entradas, facas y carnets.

Godoy estaba dentro del gimnasio como uno más pese a ser uno de los cabecillas junto a Martín Araujo. Gustavo Larrain, Juan Martín Vallejos y Gustavo Luzzi, otro que fue hallado con entradas en marzo en el estacionamiento, fueron los atacados por la barra oficial.

D’Onofrio advirtió que sería “muy peligroso” para él y el resto de los dirigentes si, después de expulsarlos del club, la Justicia “no tiene elementos para mantenerlos presos”. “Que después me pongan una custodia grande”, reclamó.

El vice Matías Patanian, ante ello, aseguró que la dirigencia no les da entradas. “No le damos entradas a ningún grupo, lo descarto absolutamente”, afirmó a TyC Sports. El dirigente aseguró que van a “ampliar la lista del derecho de admisión” y deben “profundizar” las medidas para expulsar a los violentos, pero pidió ayuda al Estado y la Justicia al considerar que “solos no se puede”.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sostuvo por la mañana que “hay una responsabilidad de las autoridades de la institución por facilitación de acceso, por sistemas de control interno, por identificación de las personas y porque deben propiciar las denuncias correspondientes”.

Luego afirmó: “Se supone que, en una institución deportiva, nadie puede ingresar si no es socio. Si es un socio el que ha irrumpido y promueve este tipo de hechos delictivos, tiene que ser identificado. ¿Qué debería hacer la autoridad competente del club? Automáticamente retirarle el carnet, establecer la denuncia policial correspondiente y propiciar un juicio que deba tener la condena pertinente”.

Luego del mediodía, D’Onofrio mantuvo una reunión con el secretario Berni y el secretario de cooperación con el Poder Judicial, Darío Ruiz, con quienes observó las imágenes de los incidentes que luego entregaron a la Justicia. Además, los investigadores le solicitaron al gobierno porteño las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones del estadio, para intentar observar cómo y por dónde ingresaron al club más de un centenar de barras de la facción disidente.