Veinte años se cumplen hoy del asesinato de Daniel Hernán García y no hay culpables. Veinte años se cumplen, pero tendrá una plaza que llevará su nombre. Algo es algo. La memoria robusta le ganó a una Justicia frágil, cuando no cómplice. La memoria que además lucha, hecha mujer, se llama Liliana. Es la mamá del joven apuñalado en Paysandú, Uruguay, después de un partido de la Copa América. Esa noche, como hace una semana, jugaban Argentina y Chile. Goleó la Selección de Daniel Passarella 4 a 0 y también la violencia, afuera del estadio.

A Daniel, hincha de Boca, y a otros muchachos como él identificados con Platense y Defensores de Belgrano, los emboscaron en la oscuridad. Cuatro recibieron puntazos. Pudo morir cualquiera, pero le tocó a él, un pibe de 19 años que hoy se acercaría a los 40. Liliana nunca se apartó de una certeza: que lo mataron barrabravas de Deportivo Morón y Tigre. Con su incansable búsqueda de los responsables del crimen, también dejó en evidencia a un juez uruguayo inútil, a policías bonaerenses cómplices, a un intendente de Morón (Juan Carlos Rousselot) que conchababa a la patota que integraban los asesinos, al Estado nacional que se desentendía en medio de la fiesta menemista y a la AFA de Julio Grondona que le hacía ole.

Pero Liliana, su esposo Pablo y los dos hijos que les quedaron nunca permanecieron quietos. Incluso, cuando se burlaban de ellos, como el comisario Adolfo Vitelli. En una conferencia de prensa mostró fotos que parecían sacadas de la Primera Comunión de los acusados. Con esas pruebas triviales, la causa por el esclarecimiento del crimen estaba destinada a caerse. Prescribió, pero no prescribió la templanza de esta madre que hoy a las 15 recibirá un mimo a su corazón sufrido.

La plaza del barrio de Saavedra donde vivió Daniel llevará su nombre en avenida Goyeneche y Vilela. También se inaugurará un mural, habrá suelta de globos y la historia del joven vecino que mataron manos tan asesinas como anónimas, tendrá un espacio verde donde verse reflejada. No es poco, aunque la Justicia y una cadena de complicidades le dieron vuelta la cara a Liliana en su dolor de madre.

El proyecto número 2699 presentado en 2010 por el diputado socialista Raúl Puy en la Legislatura porteña terminó reflejándose en el nombre de la plaza. Tuvieron que pasar cinco años, una cuarta parte de los que lleva luchando Liliana por la memoria de su hijo. Daniel García es una de las 305 víctimas fatales del fútbol argentino. Cuando la organización Salvemos al Fútbol hizo una lista con ellas, él era la 175º desde 1922 a la fecha. Después de su asesinato se agregaron otras 130. En dos décadas, eso da 6,5 muertes por año.

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