Federico Grabich se ganó todos los aplausos con su reciente actuación en el Mundial de Natación, pero aún tiene un techo muy lejano. A mi juicio posee la mejor técnica de nado de los topten en el mundo, está muy aplomado y sereno en sus planteos de carrera, en la final de los 100 metros libres no se equivocó nunca acerca de cuándo atacar la prueba.

Todavía puede mejorar un poco su entrada al agua y, si consigue pasar los 50 metros por debajo de los 23 segundos, por ejemplo 22s70, y volver, es decir hacer los últimos 50 metros, en 25 segundos. No veo que muchos competidores puedan hacer algo superador.

La clave es un talento bien conducido por su entrenadora, Mónica Gherardi, con los aportes del experto australiano Bill Sweetenham y apoyo institucional para competir más y entrenarse mejor: no hay otra receta.

Estimo que la entrada a la final en Río 2016 va a estar en 48 segundos, acaso 48s1 o 48s2 como máximo, y es un registro que habrá que conseguir en dos oportunidades, porque la clasificación a semifinales será tremenda. Hay veinte nadadores con potencial para conseguirlo.

No me gustan los pronósticos, pero acaso con un tiempo de 47s50 puede haber alguna medalla... ¿Lo puede hacer Federico? Es posible, tiene una temporada entera para pulir detalles y la prueba de temple en el Mundial de Kazán la pasó con creces.

* Director nacional de Deporte, entrenador de natación.