La celebración de Carlos Tevez fue doble: por un lado el título del Apertura, como se cuenta separadamente, y por otro lado por la posibilidad de que el entuerto generado en torno de su decisión de jugar la Intercontinental con Boca y no el Mundial Sub-20 con la Selección Argentina encuentre una solución relativamente satisfactoria para todas las partes. Pese a que el día de la inauguración del Mundial Sub-20, el torneo que Tevez no jugará, Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, advirtió que habrá “severas sanciones” para Boca a causa del papel jugado por el club, todo indica que la solución se sellará pronto: anoche, después de celebrar en la cancha de Racing, fue a ver a Julio Grondona a la AFA junto a sus abogados. Eso sí, el dirigente anticipó que el jugador deberá retirar el recurso de amparo y que ya no tiene tiempo de ir al Mundial...
“No pienso en otras cosas, solamente lo hago en este momento feliz –dijo el jugador tras la consagración–. Soy hincha de Boca de toda la vida y me muero por estos colores. Hice casi todas las inferiores en este club y me dolió mucho no estar en el último tramo del torneo.” Las declaraciones llegaron el mismo día en que Blatter anunciaba que “la FIFA no tolerará esas acciones de jugadores que antepongan su club a su país”.
A diferencia de lo que dice su anillo, Grondona sabe que no todo pasa. Y el caso Tevez lo probó: el presidente de la AFA no dejó pasar lo que considera una “avivada”, el recurso ante la Justicia ordinaria cuando existía un arreglo tácito entre la AFA y Boca, y molesto ante lo que consideró una subestimación, apretó los botones que duelen.
“Creo que la ausencia de Tevez en el seleccionado es consecuencia de la presión ejercida por el club sobre el muchacho –afirmó Bla- tter en los Emiratos Arabes Unidos mientras Boca se preparaba para jugar ante Arsenal–. No comprendo que los clubes no adviertan la importancia de permitir que sus futbolistas jueguen en estos campeonatos. El jugador acudió a un juzgado para no responder a la convocatoria; si empezamos con estas prácticas, ¿a dónde llegaremos? ¡Yo digo que esto no es aceptable!”, enfatizó Blatter.
Pero, a diferencia de lo que sucedía 24 horas antes, Boca ya no teme. Porque, luego, el dirigente suizo aclaró que la entidad que preside “sólo puede intervenir si la AFA lo pide”, y Grondona empezó a negociar por su cuenta: había avisado que el problema lo resolvía él, y a la noche recibió a Tevez. Por la tarde, en el estadio de Avellaneda, el presidente de Arsenal, Julio Grondona (h), interpretaba lo sucedido: “Boca incurrió en un error administrativo y el Comité Ejecutivo de AFA hizo respetar los reglamentos. Pero si el club abandona la posición dura que actualmente tiene, el jugador podrá estar en Japón”. Nadie puede creer que el dirigente no expresaba los puntos de vista propios de su padre.
La negociación entre las partes giraba principalmente sobre el retiro del recurso de amparo interpuesto por el jugador. Los estatutos de la FIFA son claros: el artículo 63, párrafo 6, establece que “se prohíbe cualquier recurso ante un tribunal ordinario”. El letrado que defiende a Tevez había asegurado, antes de ir a la AFA, que no había tal intención. “La corporación de fútbol debe respetar a la Justicia”, advirtió el abogado Juan José Etala. “Desconozco la estrategia de Boca ante las amenazas de Blatter. Yo defiendo a Tevez, no a Boca. Carlos sigue con la demanda, fui notificado de la apelación y hasta hoy hay plazo para contestarla. Hasta que mi cliente no me diga que la pare, la presentación no se modifica.” Claro que fue antes de la reunión de Tevez con Grondona.