Dom 07.02.2016

DEPORTES  › LA CARRERA TUVO COMO ATRACTIVO LA REMONTADA DE BUEMI, QUIEN PARTIO ULTIMO Y LLEGO SEGUNDO

La Fórmula E corrió en Puerto Madero

El vencedor fue Sam Bird, quien dominó de punta a punta una competencia con poco ruido, pero muchas innovaciones.

El festejo en el podio fue para el inglés Sam Bird, el suizo Sebastien Buemi y el brasileño Lucas Di Grassi.
Imagen: Alejandro Leiva.

El inglés Sam Bird (DS Virgin Racing) mantuvo la primera posición de la clasificación y se quedó con el Gran Premio de Buenos Aires de la renovada categoría Fórmula E (Fórmula Eléctrica), pese a la espectacular remontada del suizo Sebastien Buemi (Reanult), quien partió de la última posición y se quedó con el segundo puesto, mientras que el brasileño Lucas Di Grassi (ABT Audi) ocupó el último escalón del podio.

Cuesta aferrarse a la idea de ver pasar un auto de competición en una recta a más de 200 kilómetros por hora y no percibir en los oídos un sonido ensordecedor. Esa dificultad, sin dudas, se sustenta no tanto en el portentoso ruido de las máquinas deportivas convencionales, sino en el hecho de estar acostumbrado a sentirlo en ocasiones de este tipo.

Pues bien, quien se acercó ayer hasta Puerto Madero con la intención de deleitarse con el sonido de un impulsor de un auto de carreras, seguramnte se habrá decepcionado. Por el contrario, la segunda presentación consecutiva de la innovadora Fórmula E en Argentina habrá dejado más que satisfechos a quienes buscan alternativas diferentes para el deporte.

Velocidad pura sin contaminantes. Poco ruido, es cierto, pero muchas nueces. Tecnología al servicio del deporte y en busca de un futuro que, al menos en el país, aparece como lejano.

Baterías eléctricas recargables en lugar de combustible como alimento de un impulsor de una potencia máxima de 270 caballos de fuerza (200 Kw) en clasificación. De 0 a 100 en escasos 3 segundos y una reducción en carrera de aquel rendimiento, aunque con la posibilidad de ser beneficiado por el público, que participa activamente en la carrera a través del denominado Fan Boost.

Silenciosos monoplazas que parecen salidos de una pista scalextric, pero que impresionan. Modernidad, pero también buena parte de tradición con los stands de los sponsors prolijamente dispuestos en el corazón del circuito de 2480 metros de extensión.

En medio de este contexto, una carrera que no alcanzó el grado de tensión de la competencia debut en 2015, pero que reflejó un nuevo paso de la categoría por el país.

Fue la cuarta fecha del campeonato y el gran vencedor resultó Sam Bird, que obtuvo en Buenos Aires su primera pole en la categoría, encabezó el pelotón en una largada con los autos detenidos y luego se impuso casi de punta a punta. Sólo cuando se detuvo a cambiar de auto (por el consumo de las

baterías deben usar dos por carrera) cedió el británico la posición de privilegio a manos del brasileño Nelson Piquet Jr.

A la hora de las declaraciones, el vencedor hizo referencia a las dificultades que le presentó la prueba. “Fue una carrera muy dura. Mi escudería trabajó fuerte para brindarme un auto excelente, este triunfo es para ellos, los que trabajaron mucho para darme un buen auto”, dijo Bird.

“El circuito fue bastante similar al del año pasado. Ahora lo único que quiero es comer carne argentina, tomar un buen vino y tomar muchos tragos”, agregó.

El líder del certamen, el suizo Sebastien Buemi (Renault), a pesar de terminar en el segundo lugar, se lamentó porque “aunque tuve un gran auto no pude sacarle todo su potencial”.

El tercer integrante del podio, Lucas di Grassi, se fue muy disconforme del circuito. “No tuve un buen auto, fue nuestra peor carrera en ese aspecto. Si queremos competir por el campeonato tenemos que mejorar”, dijo.

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