DEPORTES › EMPATO 0-0 CON TEMPERLEY, SIN MOSTRAR MEJORIA EN SU NIVEL DE JUEGO
Con la receta de correr más que el rival, el equipo del sur del Gran Buenos Aires contrarrestó todos los intentos del conjunto del Vasco Arruabarrena, cuyo déficit más notorio estuvo en la creación de acciones ofensivas.
› Por Daniel Guiñazú
Sigue Boca sin poder jugar bien. Y en consecuencia, sigue sin poder ganar. En su estreno en el torneo de Primera División, anoche en la cancha de Banfield igualó 0-0 ante Temperley y no mostró evolución alguna respecto de lo poco que últimamente viene mostrando. Repetido, sin fútbol y con individualidades en un nivel desconcertante y bajo, el equipo de Rodolfo Arruabarrena no despejó ninguna de sus dudas. Más bien las subrayó a todas en la previa de la final del miércoles en Córdoba con San Lorenzo por la Supercopa Argentina.
Salió el partido que se supuso en la previa. Boca manejó la pelota. Pero los espacios los controló Temperley. Iván Delfino, el DT celeste, armó un esquema ordenado, corto y aguerrido. Puso todos sus hombres por detrás de la línea de la pelota, achicó las espaldas de sus volantes, negó la posibilidad del juego interno y con eso solo le armó un zafarrancho a Boca. Que otra vez reiteró los vicios del verano: le faltó creación de fútbol, llegó poco, se excedió en los pelotazos desde el fondo salteando los volantes y no lo tuvo a Tevez, carente de reacción e irresoluto, para que le solucione los problemas con un arranque individual.
Precisamente fue Tevez quien a los 7 minutos del primer tiempo provocó la situación más clara de Boca en el chato primer tiempo: recibió un buen pase filtrado de Pablo Pérez, pero demoró la definición y el arquero Crivelli fue abajo y lo tapó. A Temperley también, el arco de Orion le quedó muy lejos. Tanto que su única llegada fue un zurdazo alto de Marcos Figueroa que se fue por encima del travesaño a los 16 minutos. Antes y después, poco y nada. No se vieron las diferencias entre un equipo superpoderoso que va por todo y otro mucho más modesto que quiere seguir estando donde está.
En los primeros cinco minutos del segundo tiempo, Boca tuvo dos buenas oportunidades: Lodeiro sacó un zurdazo cruzado que salió cerca del palo derecha y, casi inmediatamente, un derechazo de Meli pasó por encima del travesaño. Pero como volvió a costarle generar juego y llegadas y Temperley siguió aplicándole la misma medicina, Arruabarrena movió su banco y metió a Gago por Meli para ganar salida clara desde la media cancha y a Pavón por Lodeiro para ensanchar el ataque.
Hasta los dos laterales, Peruzzi y Jonathan Silva, soltó Boca simultáneamente buscando derribar la pared que le pusieron por delante. Pero no hubo caso. Faltaron luces, sobraron roces y en ese contexto, el partido se fue apagando hasta redondear el cero final. Un cero que Temperley supo construir con fervor y que Boca no pudo romper con fútbol. Ni con garra.
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