El doping positivo de Maria Sharapova (foto) se transformó en la punta del iceberg de un problema que se extiende a todo el deporte ruso. Al caso de la tenista se sumaron los del patinador de velocidad Pavel Kulishnikov, el jugador de voley Alexander Markin, la patinadora artística Yekaterina Bobrova, los patinadores de velocidad Pavel Kulishnikov y Semyon Yelistratov, el pesista Alexei Lovchev y el ciclista Eduard Borganov.

La preocupación de las autoridades rusas creció tanto que el vicepresidente del Parlamento, Igor Lebedev, pidió ayer una reunión extraordinaria con el Comité Olímpico nacional para tratar la crisis del meldonium, el medicamento que produjo los últimos dopings positivos.

“Estamos viendo cómo en este escándalo están cayendo uno tras otro deportistas con cuyos éxitos contábamos en los Juegos Olímpicos de agosto”, expresó Lebdev, en declaraciones que reprodujo la agencia DPA.

Para las autoridades rusas, los dopings por meldonium son casos aislados y no una epidemia. “Se trata de deportistas aislados y casos aislados. Lo sentimos, por supuesto, pero no se puede trasladar la situación a todo el deporte ruso”, dijo Dimitri Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin, en Moscú.

Refiriéndose al caso Sharapova, el presidente de la Agencia Mundial de Antidopaje, el canadiense Dick Pound, consideró que la tenista no tiene disculpa. “Cada vez que la lista de sustancias dopantes es actualizada lo comunicamos el 30 de septiembre, por lo tanto tuvo octubre, noviembre y diciembre para dejar de tomar el meldonium”, dijo Pound, ex nadador y abogado. Según el directivo, los tenistas recibieron cinco veces en 2015 el aviso de que a partir de 2016 el meldonium iba a ser prohibido.

Sharapova afirmó el pasado lunes que consumía un medicamento que tenía meldonium y que no sabía que era una sustancia ilegal. Tras el doping positivo la rusa perdió el patrocinio de Nike, Tag Heuer y Porsche, con lo cual recibiría 30.000.000 de dólares menos en materia de auspiciantes.