DEPORTES
› PELLEGRINI SE DESPIDE DE RIVER EN LA FINAL DE LA SUDAMERICANA
Es la última función del Ingeniero
Después de un año y medio como entrenador del plantel de Núñez, el chileno puede ganar esta noche su segundo título en el club, pero su destino está sellado. El entrenador protagonizó un proceso que se va entre reproches por no haber conseguido lo que Boca.
› Por Adrián De Benedictis
A pesar de estar posiblemente a pocas horas de alcanzar un nuevo título, la casi segura partida del director técnico de River, Manuel Pellegrini, se convertiría en el factor clave en la despedida de 2003. Después de un año y medio al frente del plantel, el ingeniero chileno no continuará en su cargo a partir de mañana, y si bien el objetivo del presidente José Aguilar es contar con Daniel Passarella (también se pensó en Luiz Scolari), todo indica que el ex capitán Leonardo Astrada, quien se retiró en junio pasado, ejerza un interinato hasta mitad del año próximo. En ese momento se produciría el arribo de Passarella, que todavía no tiene definida su situación en México, donde dirige al Monterrey.
Más allá de la felicidad que significaría obtener un certamen internacional después de seis años, la partida del entrenador causaría incertidumbre sobre lo que sucederá en el futuro, sobre todo teniendo en cuenta la inexperiencia de Astrada.
Pellegrini llegó a River en junio del año pasado, luego de haber estado muy cerca de reemplazar a Carlos Bianchi en Boca, en el verano de aquel año. Su llegada provocó mucha expectativa en la intimidad del club, principalmente por parte del presidente, que tomó la difícil decisión de dejar ir a Ramón Díaz, el hombre más ganador en la historia del club. Pellegrini llegaba con la carta de presentación que significaban dos títulos conseguidos en San Lorenzo, uno local y el primero a nivel internacional. Inclusive, el torneo Clausura 2001 fue con record de triunfos y de puntos obtenidos en torneos cortos.
Las vivencias del Ingeniero a lo largo de este año y medio en el club fueron muy cambiantes. En el primer torneo, el Apertura 2002, y mientras River perdía sus chances después de una dura derrota ante Lanús, en el estadio Monumental, el técnico destacó que el objetivo no era lograr el título, sino que el trabajo apuntaba a la Copa Libertadores de este año. Como primera actitud ante el exigente público de River, no fue positiva. Inclusive, cuentan que ese mismo domingo le presentó la renuncia al presidente Aguilar. River tampoco había superado la primera ronda de la Copa Sudamericana ante Racing.
La obsesión por reencontrarse con el premio máximo a nivel internacional causó mayor explosión cuando la eliminación ante los colombianos del América se produjo con escándalo incluido. El título logrado en la primera parte de este año apenas sirvió para calmar el ánimo de los hinchas, que tuvieron que soportar una nueva Copa Libertadores ganada por Boca, bajo el mando de Bianchi nuevamente.
River causó conmoción en el mercado de pases hace seis meses, cuando una gran cantidad de figuras llegaron a la institución, que le valieron la comparación con los “Galácticos”, las estrellas mundiales del Real Madrid. Nombres como Salas, Gallardo, Montenegro, Tuzzio, Virviescas o Vivas, entre otros, movieron a sus simpatizantes a pensar que el resto de los equipos sólo participaba para disputarse el segundo puesto.
Pero la falta de entendimiento, las lesiones, el poco carácter para revertir situaciones adversas y el desajuste táctico hicieron que River se despidiera lentamente de la defensa del título, y que, con dos partidos pendientes que disputará el año próximo, la tabla del Apertura lo muestre en el 17º lugar.
Una vez más, River vio cómo Boca se encaminaba con solidez hacia una nueva conquista local, y con un plantel en el que sólo incorporó a tres jugadores. La devaluada Copa Sudamericana pasó a ser el único sentido para terminar el año. El equipo siguió sin encontrar el camino futbolístico adecuado, y tuvo que sufrir demasiado para llegar a esta final ante el Cienciano de Perú. En condición de visitante, River perdió 1-0 ante Libertad, en Paraguay, y angustiosamente pasó de ronda defendiéndose en su área. El primer duelo ante el San Pablo de Brasil fue donde mejor despliegue tuvo el equipo, y la victoria por 3-1 pareció tranquilizadora.Pero la nueva derrota por 2-0 en el estadio Morumbí, también con final para el olvido, sólo fue despejada por la exitosa definición por penales.
River tiene ahora la chance de revertir aquellas imágenes difusas. El primer paso ante los peruanos no fue como se esperaba, y esta noche se juega el desenlace. Sin palabras provocativas, como le gusta al presidente, Pellegrini parece irse en medio de la intrascendencia. Quizá con dos títulos... y con Boca campeón del mundo.