Con la duda hasta último momento por la presencia desde el arranque de Marcelo Salas, River se jugará su chance de obtener la Copa Sudamericana cuando esta noche visite al Cienciano en Arequipa, en la segunda final del certamen y en el último partido de Manuel Pellegrini al frente de la dirección técnica del club. El equipo argentino necesita ganar para obtener la Copa, ya que el encuentro de ida finalizó igualado 3-3. En caso de empate, el campeón se definirá por penales.
Con la presión que significa el reciente triunfo de Boca en el torneo Apertura y la Copa Intercontinental, para River está en juego algo más que el certamen internacional en sí. Una derrota ante el Cienciano será considerada un fracaso, sobre todo porque determinará el final de un ciclo que se desgastó de manera agigantada en los últimos tiempos. Por eso, a esta altura la Sudamericana suena como premio consuelo.
Para que la situación de River sea más complicada todavía, enfrente tendrá a un rival que está muy motivado para conseguir el primer título continental de la historia para el país. “Cienciano es Perú” rezan los carteles en los diversos negocios de Arequipa, ciudad ubicada a 2300 metros de altitud sobre el nivel del mar a la que se le pidió “prestada” la localía, luego de que la Conmebol rechazara la sede de Cuzco. Incluso, a partir del empate logrado en Buenos Aires, los peruanos desbordan un excesivo optimismo y hasta pronuncian frases en tono amenazante.
Un ejemplo de ello es el técnico Freddy Ternero, quien calificó de “miedoso” a su colega Pellegrini y declaró que “poco” le importa “cómo forme el equipo rival”. “Sé que estamos en una instancia única y no me interesa quiénes vienen a jugar en el equipo rival. Lo único que les digo es que se cuiden de lo que pueden hacer Julio García y Paolo Maldonado, los encargados de generar fútbol en el Cienciano”, dijo Ternero.