Las demandas comerciales, laborales y por daños y perjuicios contra la AFA caen en promedio de a una por día a su sede de la calle Viamonte. Ya superan con holgura los 400 juicios y siguen llegando. En la extensa lista que debe afrontar la asociación hay de todo: desde el pleito multimillonario que le inició el grupo Clarín por la rescisión de los derechos de TV en 2009, a uno que le hizo un director técnico recibido porque no conseguía trabajo. Muchos son de árbitros que apelaron a los tribunales laborales porque cuestionan el encuadre legal que les da la AFA, otros son de espectadores que recibieron lesiones en partidos disputados en el interior del país y también los hay en el exterior por litigios económicos.

En el juicio que Clarín empezó en 2009, la Corte Suprema determinó que debe entender el Juzgado Comercial Nº 1 de la Ciudad de Buenos Aires. Como se ve, no avanzó demasiado y podría ser moneda de cambio si se abre el proceso licitatorio por los derechos del fútbol argentino, como se anunció. “No sería descabellado porque es impagable”, confían en la AFA. En ese camino, el grupo se posicionaría mejor que sus eventuales competidores. Hoy tiene como principal unidad de negocios Cablevisión y Fibertel. En la primera mantiene casi 3,36 millones de hogares abonados al sistema de cable en el país, y 1,5 millones de clientes en el proveedor de Internet (ambos datos son de su propia página web).

La AFA también tiene decenas de demandas en distintos fueros, algunas muy curiosas. Una de ellas es la que inició en San Pedro, Jujuy, un entrenador egresado de la escuela de técnicos que no consigue trabajar de lo que estudió. Muchas son por daños y perjuicios, debido a lesiones que recibieron los hinchas durante incidentes producidos en partidos que se disputaban en el interior. También los hay de futbolistas amateurs o de divisiones inferiores. En la ciudad de Buenos Aires, la AFA está cubierta por una póliza que contrató en la compañía de seguros El Surco. Pero en las provincias no.

El empresario Gustavo Mascardi insiste con un juicio desde Estados Unidos que ya pasó por varias instancias, y que la semana próxima tendrá una nueva audiencia en un tribunal de Miami. Reclama basado en una autorización por escrito para comercializar los derechos del fútbol que le firmó Julio Grondona en 2006. Su aspiración, que ya recibió más de un traspié en la Justicia de EE.UU., sería cobrar unos 155 millones de dólares, de acuerdo a las actualizaciones del contrato por los derechos de TV que vence en 2019.