“Incluso cuando duerme, sigue corriendo.” Esta broma de su entrenador en la Juventus de Turín, Marcello Lippi, describe por sí sola al infatigable Pavel Nedved, quien, luego de ver cómo se escapaba su sueño de ganar la Champions League, fue distinguido con el Balón de Oro 2003, premio que alguna vez recibieron los argentinos Alfredo Di Stéfano (1957/59) y Enrique Omar Sívori (1961). Periodistas de 52 países miembros de la Unión Europea de Fútbol (UEFA), jurados del Balón de Oro de la revista France Football, eligieron (o decidieron) este año coronar a un jugador atípico.
Melena rubia al viento, pulmones de corredor de maratón, tenacidad en el campo de juego, pero no en la vida, este mediocampista ofensivo de 31 años se hizo indispensable, tanto en la Juventus, campeón de Italia, como en la Selección de la República Checa, la cual ganó su grupo de clasificación para la Eurocopa 2004 de manera impecable.
Incluso si es capaz de genialidades técnicas individuales, Nedved es antes que nada un hombre “colectivo” y no un artista de talento como la mayor parte de sus predecesores en ganar el Balón de Oro, como Zinedine Zidane, Luis Figo o Ronaldo. “No soy un jugador vistoso para ver jugar, ya que corro y lucho. No soy un elegante como Raúl, Figo, Zidane o Beckham”, afirmaba humildemente hace unos meses. “Raúl merece el Balón de Oro.”
A la Juventus, Nedved llegó en el 2001 tras cinco años en Lazio de Roma, para reemplazar a Zidane. Luego de algunos comienzos difíciles, el pibe de Cheb, en Bohemia, que jugó igualmente en el Dukla y el Sparta Praga, se convirtió en uno de los jugadores clave de la “Vecchia Signora” y en depositario de su juego.
¿Su fuerza? Un físico templado en acero. No se economiza para nada, presiona y recorre distancias increíbles en cada partido, de allí la broma de Lippi. Ni mediocampista, ni medio atacante (un 9 y medio), pero un poco de los dos a la vez. Aquellos que lo conocen bien no escatiman elogios, como Lippi, decididamente muy verborrágico cuando se trata de Nedved: “Es el mejor mediocampista ofensivo de Europa, y además una persona de bien”.