DEPORTES
Argentinos vivió una gran fiesta en la reinauguración de su cancha
Con la presencia de sus jugadores históricos, el club de La Paternal armó una celebración inolvidable, prestigiada por las figuras de Borghi, Sorin, Cambiasso, Pekerman y hasta los padres de Maradona.
Volver al barrio donde uno nació es siempre una grata sensación, sobre todo después de una prolongada ausencia. Argentinos Juniors, tras veinte años, retornó por fin a su casa: el mítico reducto de Juan Agustín García y Boyacá, donde hizo su debut nada menos que Diego Maradona, cuando era apenas un chico de 15 años. Los viejos tablones de madera fueron reemplazados por una moderna estructura de cemento que, a partir de ahora, albergará la ilusión de un rápido retorno del club a la Primera División. Hinchas de todas las edades, junto con las glorias futbolísticas que forjaron la historia de este equipo del barrio de La Paternal, se congregaron ayer en una fiesta con el propósito de vivir nuevos sueños.
“Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez...”, por fin pudieron cantar los hinchas de Argentinos, después de un largo peregrinar que se inició en 1983, cuando el entonces entrenador, Angel Labruna, les recomendó a los directivos no jugar más en el estadio de La Paternal porque, en aquel entonces, creía que les “quedaba chico” a sus dirigidos. Aunque murió en ese mismo año, don Angel no se equivocó. Esos jugadores que él entrenó durante algo más que una temporada fueron la base del gran equipo que, un año después, se coronó campeón del Metropolitano, luego del Nacional y también de la Copa Libertadores de América. La saga de aquel conjunto que integraban Villalba, Videla, Batista, Borghi, Pepe Castro y Ereros, entre otros, finalizó en Tokio ante la Juventus, en una memorable final Intercontinental que Argentinos perdió por penales. “Aquel fue un equipazo, salió de esta cancha y llevó a cabo gran una hazaña. Ganó casi todo lo que jugó y lo hizo respetando el estilo que siempre cultivó este club”, evoca con cierto orgullo Jorge, un socio que hace 52 años que es vitalicio.
Argentinos jugó su primer partido en Boyacá el 7 de abril de 1940 y derrotó 2-1 a Barracas Central, en un encuentro correspondiente a la por entonces Segunda División de Ascenso. Cuarenta y tres años después, tras imponerse ante Temperley por igual resultado, inició un largo paréntesis sin presentaciones en este estadio que concluyó ayer. Fue en esta cancha donde se cultivó y respetó una manera típicamente argentina de interpretar el fútbol: pelota contra el piso y toque corto. Además de Maradona, el club fue cuna de grandes futbolistas que pasearon sus condiciones por todos los campos del mundo. Redondo, Borghi, Batista, Sorin, Cambiasso y Riquelme fueron algunos de los jugadores que surgieron de este auténtico “semillero del mundo”, como lo denominan sus hinchas. Entre sus filas, la entidad tuvo también entrenadores que supieron descubrir y forjar a todos estos talentos. Néstor Pekerman, que durante los noventa formó a varios jugadores que después lo acompañaron en sus logros como entrenador en los seleccionados juveniles, y Francisco Cornejo, que descubrió a Maradona en los potreros de Villa Fiorito, fueron, tal vez, sus más importantes directores técnicos de divisiones inferiores, desde donde Argentinos construyó su grandeza. “Lo que es verdaderamente increíble es que con todos los jugadores que sacamos, con toda la plata que entró al club en concepto de transferencias hayamos estado veinte años en volver al barrio. Eso fue culpa de los dirigentes. Es parecido a lo que nos pasó en el país”, consideró José Luis Luna, un puntero derecho que integró el equipo en 1960 que cumplió una memorable campaña al concluir en tercer lugar en un campeonato donde se impuso Independiente.
Si bien Maradona no estuvo presente en los festejos, sus padres, don Diego y doña Tota, estuvieron en la platea. “Mi hijo fue parte de todo esto. Le dio a este club muchas cosas y a mí me hubiese gustado que estuviera acá”, afirmó Diego Maradona padre mientras caminaba junto a su mujer a ocupar un lugar de privilegio en el palco de honor.
La fiesta se completó con el desfile de varias murgas del barrio y con dos partidos. En el primero se enfrentaron los integrantes del equipo que salió campeón de América y un combinado de jugadores que formaron parte del plantel que obtuvo el ascenso a Primera en la Temporada 96/97. Luego, un seleccionado Sub-20 dirigido por Tocalli se midió con un elenco formado por las estrellas del club. Pero fue una mera anécdota. Lo importante fue la vuelta al barrio.
Informe: Leonardo Castillo.
Subnotas