La profunda crisis que atraviesa el fútbol argentino volvió a sepultar las optimistas expectativas que se habían generado en torno de que ayer finalmente el fútbol argentino encontraría un camino para que la pelota empiece a rodar nuevamente. El tironeo sin fin entre el grupo de clubes grandes, avalado por el gobierno que preside Mauricio Macri, y el que nuclea a las categorías del Ascenso, referenciado en Hugo Moyano, titular cegetista y de Independiente, hizo que la Asamblea de Representantes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que ayer debía votar la creación de la Superliga pasara a un nuevo cuarto intermedio, ahora hasta mañana a las 16, cuando se retome la sesión en el predio de Ezeiza.

El motivo fundamental de esta nueva postergación fue la negativa de los representantes de la B Nacional a prestar conformidad al reparto de dinero que proponen los clubes grandes de Primera División.

Por los dichos vertidos durante el fin de semana por varios dirigentes del Ascenso se descontaba que la convocatoria podía fracasar. Esos rumores se acentuaron en la mañana de ayer, cuando avanzaron sendas reuniones de los distintos nucleamientos de dirigentes, y quedaron confirmados a la hora de retomar la Asamblea.

El encuentro se había reanudado con la presidencia del vicepresidente de Defensa y Justicia, Hugo Tomaghello. Al hacerse la votación resultó imposible conseguir los 61 sufragios afirmativos necesarios para aprobar el nuevo formato de competencia. Eso dio lugar a la intervención del vicepresidente de Sarmiento de Junín, Hugo Martignoni. El directivo propuso una moción para establecer otro cuarto intermedio. Esa propuesta fue aceptada por 29 miembros (todos de Primera División), rechazada por otros 21 y evitada por Enrique Merellas (El Porvenir), el único que se abstuvo.

Poco antes de ese primer intento, el titular de la B Nacional y vicepresidente de Nueva Chicago, Daniel Ferreiro, llevó la voz cantante del encono de esa divisional y afirmó que el fútbol argentino necesita que “el primero sea tan importante como el último”, en alusión a las diferencias con los equipos de primera división y la creación de la Superliga.

“Veo muy difícil que comience el campeonato. Estamos indefensos. Hay jugadores que no están cobrando. Los que vendemos un jugador tenemos la suerte de pagar sueldos, pero necesitamos un fútbol donde el primero sea tan importante como el último; se debe defender como institución y deporte del primero al último”, señaló Ferreiro en la conferencia de prensa que brindó junto a otros dirigentes del ascenso.

El reparto del dinero es uno puntos que alejan a los creadores de la Superliga de los representantes de la segunda división del fútbol argentino. Los dirigentes del ascenso pretenden al menos un millón quinientos mil pesos y rechazaron la oferta de un millón diez mil pesos.